Capítulo 6

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Amber:

La fiesta seguía a todo ritmo, con la música retumbando en el aire y las luces brillando sobre la pista de baile, mientras yo me movía entre los invitados con una mezcla de emoción y nervios. Ya había logrado avanzar con mi "lista de besos", aunque no todo había salido exactamente como esperaba.

Primero fue Archibald.

Lo vi apoyado en la barandilla que rodeaba la piscina, luciendo relajado y seguro de sí mismo, como siempre. Su camiseta ajustada le marcaba los músculos, y sus ojos brillaban bajo las luces intermitentes de la fiesta. Había algo en su mirada que siempre desafiaba, como si todo fuera un reto que él ya sabía que iba a ganar.

Me acerqué con una sonrisa pequeña, sintiendo que esto iba a ser fácil.

—Hey, Archi —dije, deteniéndome a un par de pasos de él.

Él me miró, con esa media sonrisa que parecía pegada a su rostro. Siempre tan seguro, como si supiera que lo tenía todo bajo control.

—¿Qué tal? —respondió, sus ojos recorriéndome sin disimulo. Sabía que siempre había algo de tensión entre nosotros, algo que hasta esa noche no había decidido explorar.

—Solo... pensé que podríamos hacer algo divertido —dije, inclinándome un poco hacia él, casi desafiándolo.

Archibald levantó una ceja, interesado. Siempre había sido de los que no necesitaban mucha persuasión para seguir el juego.

—¿Algo divertido? —repitió, acercándose más. Podía sentir el calor de su cuerpo mientras su tono cambiaba, volviéndose más bajo, más íntimo.

—Un beso —respondí directamente, sin rodeos. Ya no me apetecía andar con vueltas.

No necesitó más explicaciones. Se inclinó hacia mí con una seguridad descarada, y en un segundo, sus labios estaban sobre los míos. El beso fue rápido pero firme, como él. Sabía lo que hacía, pero no fue ni dulce ni tímido, sino algo más físico, una muestra de poder, como si quisiera demostrar algo con cada movimiento.

Cuando nos separamos, él sonrió de lado, satisfecho.

—¿Eso es todo? —preguntó, pero su tono era más burlón que curioso.

—Por ahora —respondí, aunque mi mente ya estaba en otro lugar.

Me alejé de Archibald antes de que la conversación fuera más allá, dejando que su mirada siguiera clavada en mí mientras me deslizaba entre la multitud.

Después vino Austin.

Lo encontré en el centro de la pista de baile, rodeado de chicas como siempre, lanzando esa sonrisa arrogante que parecía conquistar a cualquiera en un radio de cinco metros. Austin no era del tipo que se esforzaba mucho, no lo necesitaba. Su encanto natural y esa actitud despreocupada le daban todo lo que quería.

Me acerqué a él, llamando su atención sin necesidad de decir una palabra. Sus ojos se iluminaron al verme, y me recibió con esa sonrisa suya, la misma que usaba con todas, como si fuera una llave maestra para abrir cualquier puerta.

—Mira quién ha decidido unirse a la fiesta —dijo, apartando a las chicas con las que estaba coqueteando como si no importaran en absoluto.

—No te emociones tanto —respondí, aunque había un toque de desafío en mi tono. Sabía que con Austin todo era un juego, y esta vez, estaba dispuesta a jugar.

Él se rió suavemente, acercándose más.

—¿Qué quieres? —preguntó, con un brillo travieso en los ojos, como si ya supiera la respuesta.

La lista de besos 💋 [ESPAÑOL] |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora