La luna falsa brillaba, como todas las noches, estaba en su fase menguante.
La fabrica estaba en silencio, apenas eran las 10:00 PM.
Catnap se encontraba muy tranquilo, asegurándose que no hubiera nadie por la zona. Dogday se le notaba algo nervioso, pero le emocionaba la idea de quedarse hasta tarde.
Cómo líder, siempre tiene que dar el ejemplo, pero hacer algo malo de vez en cuando lo hacía sentir bien.
- Esto es realmente arriesgado, es la primera vez que estaré afuera después de las 10 PM.
La cola de DogDay va de un lado a otro.
Catnap le dice a Dogday que guarde silencio. El felino mira por última vez la alcaldía, pero al no encontrar a nadie, vuelve con Dogday y le hace saber que todo está en orden.
- ¡Hoy madrugaremos! ¿Está bien lo que estoy haciendo? - DogDay empieza a hiperventilarse.
Catnap lo toma de los hombros y le sonríe, haciéndole saber que nadie se enterara mientras estén juntos.
También, le hace señas para que sepa que no estarán toda la noche juntos, que a la 01:00, Dogday debería de volver a casa.
- ¿Porque?
Catnap le responde diciéndole que no es nada, que simplemente es mejor así.
Dogday deja de preguntar, sonríe y toma la mano de Catnap.
- ¿Entonces que esperamos? Muéstrame tu mundo Catnap
Catnap mira a Dogday, su mirada se desvía hacia abajo, sus mejillas se tornan rojas y sonríe.
Agarra con fuerza la mano de Dogday y empieza a caminar.
Catnap se dirige a Hogar Dulce Hogar. Dogday está algo confundido al principio, pero después se da cuenta que Catnap guarda un pequeño secreto.
El felino conoce rutas secretas para ingresas a los edificios sin que nadie se entere.
Dogday queda asombrado.
Ambos deciden empezar por el colegio.
- ¿Porque entramos aquí?
Derrepente Catnap aparece con esos carritos que utilizan las maestras para llevar los libros.
- ¿Oh?...
Los pasillos del colegio estaban completamente vacíos, no había ni un solo ruido, hasta que derrepente, algo pasa rápidamente por todos los pasillos haciendo volar los dibujos que estaban pegados en las paredes.
Catnap maneja el carrito mientras Dogday se encuentra adentro. Ambos parecen estar pasándola bien, el can no puede evitar sacar la lengua por la velocidad.
- ¡¡Esto es muy divertido Catnap!!
Dice el perro feliz, hasta que en una curva, Catnap hace un giro cerrado, lo que causa que Dogday salga volando y se estrelle con una de las ventanas.
En esta, queda plasmada la cara de Dogday.
Catnap preocupado, va a ver cómo se encuentra el perruno.
Estaba algo mareado, pero agita la cabeza y vuelve con una gran sonrisa.
- ¡¡ESO FUE GENIAL!!
