La luz caía sobre Hogar dulce Hogar.
En el orfanato, los niños jugaban felices, todos juntos, se tenían los unos a los otros.
Pero lejos de este grupo, había un niño que observaba como entraba la luz.
Extrañaba el sol.
El niño desvía su mirada para ver cómo jugaban los demás.
" Son unos inútiles... "
Piensa mientras juega con una pelota pequeña entre sus manos, la toma con fuerza y la lanza a unos arbustos falsos.
Todo era falso en ese lugar, incluso la esperanza de que algún día los adoptarán.
El niño se quedó cabizbajo, hasta que la pelo volvió hacia el rodando. La toma algo confundido y mira al arbusto.
Había algo o alguien, se podía ver un brillo y unos movimientos extraños entre las hojas. Con curiosidad, el niño se acerca, intenta separar las ramas para ver más a profundidad, está apunto de encontrar algo...
- ¡¡HEY!!
Alguien lo toma del brazo y lo jala fuera del arbusto
- ¡Theo! ¿Que haces entre las plantas? ¿Perdiste algo?
Un niño animado, con rulos y más algo que el joven Theo le pregunta preocupado.
Theo lo mira algo confundido, no recuerda bien el nombre de este niño. Al mirar su rostro, se fija en su sonrisa y en esos ojos que contenían un brillo especial...realmente le dio asco su optimismo.
" El niño sol otra vez... "
- Estoy bien, solo quería ver algo, no tenes porque meterte... - dice algo molesto Theo desviando la mirada del niño
- Perdóname Theo, solo quería preguntarte si querías jugar con nosotros
El niño sol señala a un grupo de niños que parecían estar algo incómodos...ninguno quería estar con Theo.
El era algo escalofriante, no tenía ningún amigo y desde que entró hace 6 años, nadie lo a querido adoptar.
- Déjame en paz, no finjas ser buena persona conmigo por pena...
Theo saca la mano del niño sol y se va tratando de estar lo más lejos de él.
Este se queda extrañado por lo que dijo.
Para estar solo y que nadie lo moleste, Theo se oculta en el baño, en el cubículo del fondo y dibujaba en las paredes. Había muchos dibujos ya, algunos parecían ser de hace mucho tiempo. No quería olvidarse del exterior, no quería olvidar lo que se sentía ser libre.
Mientras dibujaba con los marcadores tratando de hacer un arcoiris, unos de los azulejos de la pared se cae y deja ver un pequeño agujero, llamando la atención del niño.
Al acercarse, intenta ver algo, pero solo siente una pequeña ráfaga de aire y unos sonidos extraños, por lo que decide acercar su oreja y tratar de escuchar.
Parecía una respiración
Hola Theo
El niño se aleja asustado, algo le había hablado y sabía su nombre.
Aterrado, abre la puerta del cubículo y sale corriendo. Trata de mirar si salía algo del baño, pero por distraído se tropieza con alguien.
- ¡¡Ah!! Lo lamento... - dice agitado Theo
- ¿Estás bien niño?