COMEDOWN | L.R.H

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Observaba el fondo de pantalla de mi celular perdida en mis propios pensamientos. Podía escuchar mi acelerado corazón palpitar en mis oídos y el nudo en mi estómago creciendo por los nervios.

La noche anterior había resultado en una montaña rusa de emociones que en realidad ya esperaba. La segunda prueba que realicé tuvo un resultado que me dejó bastante confundida. Una línea apenas perceptible había aparecido en la pantalla de resultado.

Años atrás, cuando hice la primera prueba que nos confirmó la existencia de Sky, había utilizado una prueba digital y no las clásicas. No vi coherente correr a comprar una prueba digital cuando ya dos pruebas habían salido con resultados opuestos. Por lo que decidí guardar silencio cuando Luke regresó a casa y esperar al día siguiente para mi cita programada por la Dra. Preston.

La fotografía de Luke sosteniendo a Sky sentada encima de sus hombros y con grandes sonrisas en sus rostros era lo que veía cada vez que tomaba mi celular. Ambos eran mi mundo entero. Si tenía que lanzarme frente a ellos para evitar que algo los dañara lo haría sin detenerme a pensar en las consecuencias.

Y quizás era eso lo que tenía instalado un sentimiento de culpabilidad. No quería decirle a Luke sobre la segunda prueba y como había salido positiva. Dios, había salido positiva. Si, la línea era apenas visible, pero si estaba ahí era porque era positivo.

Tomé la decisión de no decirle porque no quería decepcionarlo si resultaba que no estaba embarazada. Quizás era un falso positivo. No quería ver la emoción desvanecerse de su mirada. Ocultar cosas nunca ha sido la mejor solución, pero no podía evitarlo.

La recepcionista mencionó mi nombre para invitarme a pasar al consultorio, lo cual lo hice con gran velocidad. Cuando llegué, lo primero que hicieron fue tomar una muestra de sangre para realizar estudios rápidos. Con esa simple muestra de sangre se podía confirmar si estaba o no embarazada. Era aterrador como estaba a minutos de saber si saldría de aquí con una felicidad y emoción que no sabía que necesitaba o con el corazón roto.

"Alexa, pasa. Que bueno verte" La Dra. Preston lucía tan elegante y pulcra como siempre. Ella recibió a Sky al nacer y me ha atendido de manera increíble desde que me recibió en la sala de emergencias gracias a mi ovario echo trizas. Honestamente no le confiaría a nadie más que a ella mi salud reproductiva, por decirlo de alguna manera.

"¡Igualmente! Lamento haber perdido la cita pasada, estaba en medio de un lío y la olvidé por completo" Hice una mueca culpable y ella agitó su mano restando importancia.

"No hay problema. Lo importante es que ya estás aquí y por lo que veo aquí, tenemos una charla importante hoy..." Habló señalando la pantalla de su computadora, lo que me hizo tragar el nudo en mi garganta.

Le hablé sobre el retraso en mi periodo, la prueba negativa y positiva que tomé en un lapso de dos días y mis nulos síntomas que pudieran confirmar que estaba embarazada. Por supuesto discutimos el hecho de que ella me había dicho que las probabilidades de que tuviera otro hijo eran bajas por el conteo de óvulos en mi único ovario existente. A pesar de que tenía un buen conteo cuando buscábamos tener a Sky, demoramos casi un año en lograrlo, lo cual explicaría porque ella decía que sería poco probable.

Pero no imposible.

Mientras la Dra. Preston esperaba a que los resultados de los análisis llegaran al sistema en su computadora y hablábamos un poco de Sky y como parecía bastante contenta en su colegio. Ella estaba de acuerdo conmigo en que necesitaba gastar su energía con pequeños como ella y aprender las cosas de su entorno. Aunque también le hablé sobre las tantas caídas que ha tenido en el área de juegos, en fin niños.