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Tienes todo lo que querías
Pero luego debes admitir
Que el sueño no se siente igual
Cuando lo ves cara a cara
-Face to Face (Rise of the Pink Ladies)

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Una semana después, marcada por lágrimas, maldiciones y secretos, la revelación de su amigo sobre el drama con su excompañero de equipo había sacudido el mundo de Carlos. La tensión había escalado desde simples roces hasta besos furtivos, noches compartidas, promesas quebradas y secretos ocultos bajo un manto de dinero. La traición y el dolor de Checo, y el posterior desmoronamiento de su vida, no le sorprendieron tanto como le dolió. Carlos había tenido sus sospechas, y compartir esa noticia con Checo había sido su intento de aliviar un poco la carga de su amigo, sin saber que eso llevaría a Checo a abandonar su lucha en Red Bull. La impotencia de no saber cómo consolarlo le pesaba. ¿Cómo consolar a alguien que está lidiando con un dolor tan profundo? Todo lo que podía hacer era ser el buen amigo, brindar apoyo y ofrecer un consuelo sincero.

-¿Seguro que no quieres probar la paella? -Carlos preguntó con un tono ligero, tratando de romper el ambiente tenso que los rodeaba.

-Segurísimo. He probado cosas muy cuestionables, pero nunca salchichas con almejas en un mismo plato. Tengo mis límites, amigo -dijo Checo, intentando con su respuesta mantener el semblante alegre.

-Está bien, tú te lo pierdes. Entonces, ¿qué quieres comer? Si mencionas algún platillo con picante, tortilla, queso y crema, te juro que te haré comer paella -dijo Carlos con una sonrisa.

-Eres un aburrido, Carlitos. Pero está bien, ¿qué tal sushi? -respondió Checo con un toque de complicidad en su voz, aunque el dolor en sus ojos no pasaba desapercibido para Carlos.

-Estamos en la misma sintonía, hermano -dijo Carlos mientras sacaba su celular para pedir la cena. notando el mensaje de Mattia, su jefe.

Carlos respondió con un simple "ok" y se concentró en pedir la cena. Tenía la ligera idea de que discutirían cómo aprovechar la salida de Checo de Red Bull. Las escuderías estarían en una carrera para arrebatar el campeonato a Verstappen, y él estaba dispuesto a ser una molestia constante para el neerlandés.

-¿Todo bien, Carlos? -la voz de Checo lo sacó de sus pensamientos, un recordatorio de que no debía sumergirse demasiado en sus propios problemas.

-Claro, amigo. Solo temas de trabajo. ¿Estás bien con quedarte solo un día o dos? No sé cuánto se prolongará -dijo Carlos, preocupado por la idea de dejar a Checo solo.

-Tranquilo. El trabajo es trabajo. No voy a morirme si me dejas solo unos días -respondió Checo con una despreocupación que no ocultaba por completo su tristeza.

-Sé que no, pero me preocupa un poco... -Carlos lo miró con duda y un toque de culpa. Quizás estaba exagerando. - Tu estado emocional. No quiero que te sientas solo.

Checo se levantó del sofá, acercándose a Carlos. Colocó su mano en el hombro del español, comprendiendo su preocupación. La culpa de no poder hacer más por su amigo lo invadió.

-Entiendo, amigo. Pero no te preocupes. Estaré bien. Te mandaré fotos para que veas que sigo vivo si quieres -dijo Checo, tratando de mantener el humor y ver a Carlos reír le alivió un poco el peso que sentía en el corazón.

-Eso estaría bien. Así sabré que no tengo que prepararme para un juicio por si es que te encuentran aquí muerto -bromeó Carlos, aliviado de ver que Checo también se reía, aunque el dolor seguía latente en sus ojos.

Carlos entró a la sala de reuniones, sintiéndose un poco fuera de lugar al ser el único que faltaba.

-Toma asiento, Carlos. Te estábamos esperando para comenzar -dijo Binotto con una formalidad que contrastaba con la atmósfera tensa.

KARMA (Cherlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora