Bueno, esta bien, soy malo, pero tu tampoco eres un premio.
Esta bien, soy malo, pero eso no es nuevo. Dices que no me amaras, yo tampoco te amare.
Permiteme recordarte quien soy para ti.
-The Ballad of Lucy Gray Baird (Rachel Zegler)---
Daniel Ricciardo, el piloto de deslumbrante sonrisa, quizás no era el favorito del público ni de su equipo, pero agradecía la oportunidad de seguir corriendo por otra temporada. A pesar de que el rugido de los motores y el brillo de las luces del paddock solían ser el refugio donde encontrarse a sí mismo, había momentos, como este, en los que las dudas se cernían sobre él como nubes oscuras. La pregunta que lo atormentaba era: ¿qué había pasado entre Checo y Max?
Según la versión oficial, Pérez había rechazado la oferta de regresar, citando la falta de compañerismo de Verstappen como razón. Aunque Ricciardo trató de aceptar esta versión como un hecho, no podía evitar sentir que había algo más en la historia. ¿Cómo era posible que el mexicano, conocido por su calma y lealtad, se hubiese molestado tanto como para abandonar? Era un enigma que lo desconcertaba, especialmente dado que Max y Checo siempre habían mostrado un vínculo sólido y cercano.
Ricciardo recordaba claramente cómo, antes del incidente en Brasil, Checo y Max eran casi inseparables. Compartían cenas, salidas y se mostraban solidarios tanto en los momentos buenos como en los malos. La relación entre ellos parecía ser de esas amistades que, una vez formadas, podrían soportar cualquier tormenta. Sin embargo, el giro inesperado del evento en Brasil y el comportamiento subsecuente de Max generaron una sombra de duda sobre la verdadera naturaleza de su relación.
La explicación oficial de que Checo simplemente no podía tolerar la falta de compañerismo parecía demasiado sencilla para una situación tan compleja. Ricciardo se preguntaba si había un conflicto más profundo, tal vez algo que no se había hecho público. A veces, las rivalidades entre pilotos no eran solo profesionales; podían estar cargadas de emociones personales que los medios de comunicación no siempre lograban captar. La mención de Max de que Esteban Ocon había resultado ser un mejor compañero cuando lo cuestionaron sobre con quién preferiría trabajar en el futuro había encendido una chispa de sospecha en su mente. ¿Podría ser que la enemistad entre Max y Checo estuviera enraizada en algo más que meras disputas profesionales?
Ricciardo también consideró la posibilidad de que el desgaste emocional de Checo, agravado por su reciente divorcio y la presión que esto conllevaba, hubiera jugado un papel importante. Sin embargo, al enterarse de que el divorcio se resolvió de manera relativamente rápida y pacífica, y que Horner había prácticamente rogado a Checo para que se quedara, esta teoría comenzó a desmoronarse. La rapidez con la que se solucionaron los problemas parecía indicar que algo más estaba en juego.
La confusión se apoderaba de Ricciardo a medida que analizaba la situación. Había momentos en los que se sentía como si estuviera en medio de un drama de telenovela, con Max actuando más como un ex resentido que como un amigo herido. Los niveles de violencia que Max había mostrado últimamente, con gritos, herramientas volando y equipo roto, sólo añadían más misterio al asunto. Ricciardo se preguntaba si Max estaba al borde de una ruptura emocional. La posibilidad de que un piloto que siempre había sido tan profesional y calculador estuviera perdiendo el control era alarmante.
Se pasó la mano por el rostro, frustrado por la falta de claridad en la situación. La idea de una relación secreta entre Checo y Max, aunque absurda en sí misma, parecía ser una de las posibles explicaciones que circulaban en su mente. La falta de señales previas y la naturaleza pública de la relación entre ellos hacían que la teoría de una relación oculta fuera aún más inverosímil. Ricciardo se dio cuenta de que quizás estaba sobreanalizando las cosas. La necesidad de descansar y enfocarse en la próxima carrera parecía ser la mejor solución. Tal vez, con algo de suerte, algún día descubriría la verdad detrás de todo este enigma.
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Cuando Lewis aceptó firmar con Ferrari, no imaginó que el equipo gestionaría el reemplazo de Carlos de la manera en que lo hizo. La sorpresiva decisión de echar a Sainz sin mayores explicaciones dejó a Lewis en una situación complicada. Lo que inicialmente parecía una oportunidad emocionante para unirse a Ferrari pronto se convirtió en una pesadilla llena de drama interno y conflictos inesperados.
Lewis había asumido que las estrategias de Ferrari serían mejores de lo que realmente eran, pero pronto se dio cuenta de que no todo era tan perfecto como había creído. Se encontró atrapado en el torbellino de un drama que involucraba a la antigua dupla roja y, lo que era aún más preocupante, se dio cuenta de que Charles Leclerc estaba mostrando comportamientos extremadamente erráticos. La ira de Charles no era una simple frustración pasajera; era algo más profundo y perturbador. Lewis había sido testigo de la furia de Charles en el GP de China, donde había lanzado una llave inglesa y creado un hoyo en una pared. También recordaba el volante volador después de la Q2 en Miami. Estos episodios de ira descontrolada no encajaban con la imagen de un piloto profesional y sereno que Lewis había esperado encontrar en Ferrari.
Al principio, Lewis pensaba que el malestar de Charles era simplemente una reacción a la ausencia de Carlos Sainz. Creía que el castaño podía estar lidiando con sentimientos de culpa o arrepentimiento, especialmente porque él mismo había sido el encargado de comunicarle la noticia a Carlos. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que Charles estaba maldiciendo su nombre y llamándolo traidor. La intensidad de la reacción parecía indicar que el problema iba más allá de una simple cuestión de reemplazo. Charles parecía tener una obsesión con recuperar la atención y el reconocimiento que había perdido con la salida de Carlos. Lewis empezó a preguntarse si la rivalidad entre los pilotos no era solo una cuestión de competencia en pista, sino que estaba cargada de resentimientos personales y traiciones no resueltas.
En cuanto a la relación de Pérez con el actual campeón, Lewis notó que Checo también parecía guardar un resentimiento hacia Max Verstappen. Este resentimiento parecía estar relacionado con decisiones técnicas y, quizás, con algo más personal. Lewis sabía lo doloroso que podía ser sentirse traicionado y comprendía la frustración que podía surgir de malentendidos. Esto le recordaba la rivalidad que vivió con Rosberg en Mercedes, una rivalidad cargada de tensiones y conflictos personales. Aunque las diferencias entre su situación y la de los pilotos actuales eran evidentes, no podía evitar ver paralelismos inquietantes.
La preocupación de Lewis crecía a medida que observaba las llamas de rencor en los ojos de Checo y Carlos, las miradas heridas y cargadas de celos de Leclerc y Verstappen. Las declaraciones de Checo y Carlos sobre que no estaban allí solo para ganar, sino para demostrar su valía, y la manera en que los pilotos más jóvenes se aislaban cuando se les preguntaba sobre los otros, solo alimentaban la intriga. Lewis sentía que había algo más en juego, algo que no lograba entender completamente.
Aunque los conflictos entre pilotos no eran raros, la intensidad y la profundidad de las emociones en juego en esta situación le daban un matiz único. Lewis tenía un mal presentimiento sobre el futuro. No sabía exactamente qué estaba pasando en privado con Max y Charles, pero la batalla interna de Charles estaba cargada de presión y frustración, y esto le preocupaba profundamente. Pensaba que quizás debería invitar a George Russell a una conversación, para compartir sus inquietudes y tratar de entender mejor la situación. Solo esperaba que George no lo tachara de paranoico o que no revelara sus sospechas a otros. La verdad detrás de todo este drama parecía estar oculta en las sombras, y Lewis estaba decidido a descubrirla.
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Tarde pero seguro, espero que les guste :3
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KARMA (Cherlos)
FanfictionDespués de una serie de sucesos complicados y un secreto compartido con sus compañeros de equipo Checo y a Carlos se sumergirán en una otra serie de eventos complicados mientras deciden darle otra oportunidad al amor. Max y Charles no tienen idea de...