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Y mantuvimos todo profesional
Pero algo ha cambiado, algo que me gusta
Ellos mantienen sus ojos en nosotros
Así que es mejor si nos movemos rápido y mantenemos silencio
-I Can See You (Taylor Swift)

Mónaco 2024

Era una de esas noches en las que la brisa que se colaba por la ventana no ayudaba a calmar el torbellino emocional que lo mantenía despierto. El vacío en el pecho era un recordatorio constante de los sentimientos no superados y de la batalla mental que lo atormentaba. Soltó un pesado suspiro, resignado a que esta noche no sería la mejor para él.

Hace unos meses, cuando aceptó que su carrera aún no había terminado y que tenía una oportunidad para pelear por un pedazo de gloria, no pensó que su pasado se convertiría en un obstáculo tan persistente. Cada ciudad a la que iba parecía tener un recordatorio de su vida pasada, un eco de lo que había sido. Mónaco, en particular, no sería la excepción. Esa ciudad que había admirado tanto por su lujo y sofisticación, ahora estaba teñida por las sombras de promesas rotas y momentos que alguna vez consideró como el amor de su vida. Recordaba con cariño las calles llenas de glamour, la brisa salada del mar, el calor del sol en la costa, y las noches deslumbrantes que invitaban a perderse en el horizonte de la mano de alguien especial. Cada rincón de Mónaco parecía susurrar recuerdos de un pasado que ahora le pesaba en el corazón.

La imagen de esa mano entrelazada con la suya le provocaba una punzada de dolor. ¿Volvería alguna vez a sentir esa conexión? La imagen de esa persona especial se apareció en su mente como un destello de esperanza, dibujando una sonrisa involuntaria en su rostro. Se sintió como una adolescente soñadora mientras imaginaba ambos caminando por las calles de Mónaco, riendo de un chiste tonto, buscando un lugar acogedor para desayunar, tomados de la mano y compartiendo la maravilla del cielo azul que se reflejaba en sus ojos.

Se dio una bofetada mental. Tenía que afrontar esta situación de manera más racional. No podía dejar que el pasado lo atrapara y lo detuviera. Necesitaba seguir adelante, formar nuevos recuerdos y aceptar que el pasado no podía borrarse. Con determinación, se prometió que mañana intentaría relajarse antes de las prácticas. Quizás podría invitar a Checo a desayunar, pero sin que fuera una cita romántica, solo un encuentro amistoso. Mónaco tenía uno de los restaurantes favoritos de Checo, un lugar que solía visitar con Max.

-Mierda. - Murmuró, frustrado, mientras se pasaba la mano por el rostro. Se dio cuenta de lo absurdo que estaba siendo. No era el único con una historia en Mónaco. La idea de Checo disfrutando la ciudad con Verstappen lo incomodaba más de lo que debería. Se preguntó por qué sentía celos de la situación. ¿Acaso era una reacción irracional?

Miró el pequeño reloj en la mesita de noche, que marcaba las 1:58 a.m. Necesitaba dormir, o de lo contrario, seguiría creando escenarios confusos en su mente. Mañana, con un poco de suerte, encontraría el valor y el plan perfecto para invitar a su amigo a salir.

La luz de la mañana comenzaba a filtrarse por las persianas semiabiertas, iluminando la habitación con un tenue resplandor dorado. El sonido de la alarma se convirtió en una tortura constante, penetrando el silencio que envolvía el cuarto. Se removió entre las sábanas, intentando ignorar el dolor que sentía en el pecho y la confusión que nublaba su mente. Extendió la mano en busca del móvil, deseando apagar la alarma y ganar unos minutos adicionales de sueño. La luz de la pantalla, sin embargo, lo despertó por completo. Decidió levantarse, resignado a enfrentar el nuevo día.

Teóricamente, estos días deberían ser tranquilos, pero su mente parecía decidida a torturarlo con recuerdos nostálgicos de un tiempo en el que soñaba establecerse en Mónaco junto a Max. La frustración de no poder olvidar el pasado lo tenía más irritable de lo habitual. Agradecía que en unos días podría canalizar esa frustración en la pista, pero mientras tanto, lo mejor sería quedarse encerrado en su habitación de hotel, intentando soportarse a sí mismo. Sin embargo, la idea de salir a caminar y disfrutar del sol le parecía atractiva. Quizás el sol y la brisa marina le ayudarían a despejar su mente, aunque sabía que enfrentaría recuerdos dolorosos.

KARMA (Cherlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora