Zabini y T/a tenían una relación perfecta, a simple vista, claro. Si bien se mostraban siempre juntos, y felices, peleaban casi todos los días en la intimidad por cosas estúpidas, que generalmente eran desatadas por los celos del chico.
Pero si algo bueno se puede sacar de esta situación, es que, siempre acababan follando.
Hoy, Zabini se encontraba raramente de mal humor, algo que le hacía notar a todo el que lo rodeaba. En la mesa de las serpientes todo era silencio, sin embargo, en la risueña mesa de los Ravenclaw, todo lo contrario. De hecho, quienes más risas esbozaban eran T/n, y sus amigos.
Zabini la observaba con atención, y cierta mano de un compañero en el hombro de su novia, lo hizo estallar.
Se dirigió hacia ellos, se paró a su lado y se cruzó de brazos.
-Quita tu puta mano de ahí si no quieres perderla -Dijo en una clara forma amenazante al chico. Él nunca tuvo problema en confrontar a quien sea, incluso por una tontería como esta, él quería recalcar que nadie podía tocar a su novia.
-Zaza ya cálmate, si? No fue nada -T/n habló levantándose de la mesa y tomando la mano de su novio, mientras que el otro chico prácticamente se escondía bajo la mesa.
-No me hables -Tomó su brazo y la arrastró fuera del comedor, su rostro igual de serio mientras que él de ella reflejaba vergüenza.
Al llegar a un pasillo vacío, la acorraló contra la pared mientras la miraba impaciente.
-Qué mierda pasa contigo Zabini? Solo me tocó el hombro
-Cuida tu tono conmigo T/n, no estoy de humor para estas estupideces -Dijo apretando los puños.
-Pues yo no estoy de humor para TUS estupideces -Lo empujó y caminó con intención de irse, pero nuevamente él la tomó del brazo y la volvió a acorralar.
-Te dije varias veces que no te quiero cerca de él -Se acercó a su oído. -Si yo digo que no te acerques, tú me obedeces como una maldita buena chica, si?
-Susurró.
T/n se limitó a asentir con la cabeza, siendo como el calor de su cuerpo comenzaba a subir. Algo extrañamente excitante estaba ocurriendo.
Zabini la miró a los ojos, notó el deseo de la chica y se acercó a sus labios. Por inercia, ella se lanzó para besarlo, lo necesitaba, pero él se apartó.
-Qué haces? -Preguntó ella frustrada.
-Debo ir a clases -Sonrió victorioso, él había ganado. Se alejó de allí, escuchando como su novia balbuceaba un "Te maldigo Zabini", le dió una última mirada divertida, y se fue a clases.
