T/n, estudiante de de Gryffindor había conocido a Harry en su primer año, y fue amor a primera vista, nadie podía negarlo. En su segundo año se hicieron novios, y a medida que iban creciendo, ese amor tambien lo hacía.
Pero en su quinto año, todo cambió. Harry comenzó a prestar menos atención a su novia, quien por otra parte, no le tomó importancia.
La chica se encontraba dentro de un torbellino de emociones ante la llegada del nuevo estudiante, Enzo Berkshire. En las clases que compartían, de forma sútil la chica comenzó a acercarse a él, algo de su personalidad le atraía mucho, o quizá, solo necesitaba algo de atención. Enzo, por otra parte, no se molestaba en esconder el deseo que sentía por su compañera, algo que hacía hervir la sangre de Potter, y que además, causaba muchas discusiones en su relación.
Al cabo de unos meses, Enzo y T/n, comenzaron a tener encuentros sexuales, era casual al princiopio. Pero al joven slytherin, no le agradaba para nada la idea de que Potter tuviera el privliegio de llamar ''novia'' a quien él consideraba suya.
Perspectiva de T/n
Era de madrugada, caminaba por el oscuro pasillo del tercer piso. Me detuve cuando unos brillantes ojos se acercaron a mí. Era Enzo. Sin decir nada, nos dirigimos hacia la sala de los menesteres, un lugar donde los deseos más oscuros y secretos se hacían realidad.
Al entrar, Enzo sacó su varita con rapidez y conjuró un hechizo para mejorar la seguridad. Tan rapido como acabó, me tomó de la cintura hundiendo sus labios en los míos. Me obligó a caminar hacia atrás, hasta que mi espalda baja chocó contra una mesa.
Sus manos recorriendo mi cuerpo con delicadeza, me hicieron estremecer. Envolví mis manos en su cabello, jugando con él, mientras que sus manos que estaban en mi esplada subían hacia mis pechos. Masajeó estos por encima de mi ropa. Por un momento, las consecuencias parecían lejanas e inexistentes.
Pedí entre jadeos que me quite la ropa, necesitaba sentirlo completamente. Me miró a los ojos de manera divertida, disfrutando ver como rogaba por él, sin embargo, no me hizo caso, se alejó.
-Qué haces? Ven aquí. -Me acerqué e intnté poner mis manos en su rostro, pero él las tomó antes de que pueda hacerlo.
-No voy a toctarte, no hasta que termines con el idiota de Potter.
-Por favor Enzo, te necesito. -Él sonrió de lado de manera cínica.
-Si tanto me deseas, ya sabes lo que debes hacer. -Sin más, me soltó, acomodó su ropa y salió del lugar, dejandóme como una tonta.
Si debía dejar a Harry para estar con él, eso haría.