Me dirigía al bosque, era ya bastante tarde. Me escabullía de mi novio, pues digamos que no le gustaría enterarse de lo que estoy por hacer. Necesitaba, una vez más, ver a Tom, y sabía donde encontrarlo. Él había logrado captar mi atención, pese a yo estar en pareja. Una cosa llevo a la otra, ya saben, y ahora no podía estar lejos de él, asi fuera a escondidas.
Entré al bosque y comencé a caminar. La luz de la luna se filtraba entre las hojas de los árboles, creando un escenario étero para aquel encuentro prohibido. Sabía de sobra que estaba jugando con fuego al meterme con Tom, sobre todo por su reputación, pero tenía algo que lo hacía irresistible.
Narrador externo
Tom la observó con sus ojos fríos y calculadores mientras se acercaba a ella con pasos silenciosos, como un depredador acechando a su presa. T/n sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no retrocedió.
-Qué haces aquí, T/n?. -Su voz no reflejaba otra cosa más que peligro.
-Necesitaba verte. -Mordió su labio inferior. No le daba verguenza admitirlo, pero se ponía muy nerviosa cada vez que él la tocaba.
Tom se paró frente a ella, tomándola de la cintura, acariciándola. Estaba tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo irradiar hacia ella. Sus ojos se encontraron, ambos reflejaban puro deseo.
-Te gusta el peligro, eh? Eres una maldita masoquista. -Su tono era arrogante, disfrutaba ver como la chica se arriesgaba de tal forma por él. Todo esto era un juego.
-Lo sé, pero no puedo evitarlo. -Admitió incapaz de apartar la mirada de Tom.
Él sonrió con satisfacción, sintiendo su ego aumentar. Tom paso una de sus manos por el cabello de la chica y tomó este en una coleta baja, y como si hubiera entendido la orden, ella se arrodilló frente a él.
Era casi imposible ver a Tom dar placer, él amaba recibirlo, pero cuando lo hací, él realmente se esmeraba. Desafortunadamente, este no es el caso.
-Desabrochalo. -Dijo mirando a la chica desde arriba, ella, obedeció. Desabrochó su pantalón y lo bajó junto a su ropa interior, no del todo, solo lo suficiente para que su miembro erecto quedara a la vista.
Miró a Tom como pidiendo permiso, él sonrió ligeramente de lado, era era su respuesta.
T/n tomó el miembro entre sus manos e introdujo la punta en su boca, chupando y delineándolo con su lengua suavemente. Tom dejó escapar un suspiro casi inaudible, no solía demostrar mucho.Empujó sus caderas hacia ella logrando que su longitud entrase casi por completo en su boca, ella comenzó hacer movimientos más rápidos. El agarre del chico en el cabello de la joven se hizo más fuerte, tirando de este repetidas veces para aumentar o disminuir la velocidad, él la controlaba, y ella disfrutaba.
Unas pequeñas lagrimas escaparon de los ojos de T/n, sus rodillas dolían pues habían pequeñas ramas enterradas en su piel, la comisura de su boca también lo hacía y su cabello, también. Ella, con sus manos en las caderas de Tom, enterraba sus uñas en la piel de él, así podía soportarlo mejor.
-Te ves tan preciosa con mi polla en tu boca.
-Halgó él, algo que no era muy común.Se notó la emoción en ella, pues pese al agarre de Tom, logró tomar su propio ritmo, haciendo movimientos más rápidos y fuertes a la vez, haciendo que, repentinamente él se corriera en su boca.
-Quiero que lo tragues todo. -Volvió a ordenar, y ella a obedecer.
Una vez la chica lo hizo, Tom puso dos de sus dedos bajo el mentón de ella y la guío hacia arriba hasta que ella quedó de pie. Miró las marcas en su cadera y sonrió, posteriormente las marcas en la rodilla de la chica.
Tomó su varita y con un hechizo no habladó, hizo que desaparecieran, sin embargo, mantuvo sus propias heridas. Abrochó su pantalón y volvió a mirarla.
-Te diré esto y espero ser muy claro. -Habló de manera fría. -Te desharas de tu inepto novio, tú me perteneces ahora, lo entiendes?. -Ella asintió.
-Bien, y si no lo haces mañana mismo, la próxima vez que quieras hablar con él, deberás hablar con su tumba-Me queda claro. -Replicó ella sintiendo una mezcla de emociones. Sin decir nada, él se acercó plantó un acalorado beso en sus labios. Algo que, nuevamente, no era común en él.
-Vete a dormir, te veré mañana a las 5pm en la biblioteca, no llegues tarde.
T/n asintió y con los sentimientos a flor de piel y una sonrisa inmensa, volvió al castillo.
Ojalá supiera que ahora, todo estaba a punto de cambiar, y no precisamente para bien.