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Te encontrabas de camino a tu habitación luego de un atareado día. Al llegar, cierto rubio de ojos grises que se apellidaba Malfoy, estaba acostado en tu cama, esperándote con una sonrisa pervertida.
-Joder Draco, te he dicho que no vengas sin avisar -Resoplaste apoyándote en el escritorio. -Que tal si hubiera venido con Blasie, qué hubieras hecho?
-Pues le habría dicho que estoy a punto de follarme a su preciosa novia -Dijo levantándose y acercándose a ti, tomándote de la cintura.
-Respecto a eso, ya no sé si quiero seguir, no pretendo victimizarme pero esto empieza a hacerme sentir mal -Apartaste sus manos de tu cuerpo.
-Es broma? No vamos a dejar esto, tú y todos sabemos que Blasie no es suficiente para ti
-Y tú lo eres?
-Si
-Como puedes estar tan seguro -Arqueaste una ceja y te apartaste. Caminaste hacia tu cama y te sentaste. Malfoy no tardó ni tres segundos en empujarte para que quedases acostada y posicionarse sobre ti a horcajadas.
-Tus gritos de placer me lo han confirmado
-Esta será la última vez, comprendes?. -Preguntaste desabrochando la camisa del rubio.
-Lo que tú digas. -Respondió burlón mintras dirigía sus labios a los tuyos.
Envolviste tus brazos alrededor de su nuca y asentiste, aceptando un beso rápido. Con cuidado, te quita el uniforme, dejando a la vista un precioso conjunto de lencería negra. Jadeaste cuando él entró en ti con la punta de su polla sin previo aviso, frotando tu clítoris y empujando lentamente, haciendo que tu cuerpo se relajara mientras te llenaba.
-Puedes sentirlo?
Intentaste responder, pero en lugar de eso dejaste escapar un grito ahogado, haciendo que Draco sonriera con orgullo.
-Mirate niña, ni siquiera puedes hablar cuando estas conmigo. -Bromea suavemente, sus manos exploran tu cuerpo, toqueteándote y apretándote mientras mueve sus caderas profunda y firmemente.
Arqueaste la espalda y presionaste tus senos contra sus manos, gritando mientras él jugaba con tus pezones a través del fino hilo. Dejó unas cuantas marcas en tu piel, visibles a través de la tela, marcándote como suya.
Draco se inclinó y presionó sus labios contra tu abdomen, la ardiente sensualidad de todo eso te excitó, tan fuerte que tu visión se volvió borrosa. Él te miró fijamente con fascinación, tu éxtasis recorriendóse a través de ti mientras te aprietas a su alrededor, retorciéndote y gritando su nombre, sin aliento. Las pequeñas lágrimas caían por las comisuras de tus ojos y calmaban tu cuerpo tembloroso. Draco se inclinó suavemente, presionando su lengua sobre ti y dejándose liberar dentro de ti. Estabas tan sumida en el disfrute que ni siquira notaste que su cuerpo abandonó el tuyo.
-Aún quieres dejar esto?
Simplemente tarareaste y abriste los ojos de mala gana. Negaste con la cabeza. Draco se acurrucó a tu lado y escondió su rostro en tus pechos.
-Deja a Blasie, no sabes cuanto odio tener que compartirte.
-No es tan facil, y lo sabes.
-Promete que al menos lo intentarás. -Pidió como un niño pequeño.
