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Blasie tomó tu mano y te metió rapidamente en un salón vacío, cerrando la puerta luego de asegurarse de que nadie los haya visto, tomó su varita y conjuró un hechizo que contuviera el ruido. Caminó hacia ti, que estabas sentada sobre el escritorio y te besó desesperadamente.
Separó tus piernas con sus manos y te acercó más a él, tanto que tu zona intima rozaba con la suya. Subiste tus manos por su pecho desabrochando todos los botones de su camisa. Luego de quitarsela por completo él se apartó, te tomó de la cintura y en un movimiento rápido cambió de lugar contique, quedando él sentado ahora.
-Te gusta esto, T/N?. -Te susurró al oído.
Zabini besó tu cuello mientras te sentabas a horcajadas sobre él. Tus ojos cerrados, tu cabeza inclinada hacia atrás y los sonidos que hacías mientras sus manos recorrían tu cuerpo eran prueba suficiente de que te estabas divirtiendo, pero él quería escucharlo. Asentiste ante su pregunta, él quitó la mano de tu camisa y te miró.
-Mírame. -Hiciste lo que te dijo y esas órdenes inesperadas te asustaron. -Cuando te hago una pregunta, respondes.
Besó tu cuello nuevamente y luego deslizó sus manos debajo de tu camisa, colocándolas en tus caderas y frotando sus pulgares sobre tu piel.
-El idiota de Diggory te toca como yo lo hago?
-No. -Respondes. el chico sonrió. Podía ver tu cuerpo queriendo más, pero todo lo que hiciste fue acurrucarte con cuidado contra él.
-Dime lo que quieres, belleza. No haré nada más hasta que tú lo digas. -Sus palabras te hicieron soltar pequeños gemidos. Tus pensamientos se aceleraron mientras intentabas reunir el coraje para decir algo. Blasie vio la expresión de tu rostro, como si tus pensamientos estuvieran escritos en él. El amaba oírte decir que querías, y eso te volvía loca. Zabini te tomó del mentón obligandote a verlo. -Di ''quítame la ropa''
-Quítame la ropa. -Obedeciste casi inaudiblemente.
-Si insistes. -Respondió sonriendo. Te levantó la camisa y le ayudaste a quitártela. Besó tu cuello y tu pecho. Extendió la mano detrás de ti y te quitó el sostén. Lo sentiste apretar debajo de ti, pero no hizo ningún otro movimiento. "Blas, yo..." casi susurraste e intentaste hablar de nuevo.
-¿Quieres que te toque más seguido, hermosa?. -Asentiste. -Dímelo. Di: ''Por favor, no pares''.
-Por favor, no pares....tócame más
-Buena chica. -Te besó y jugó con tus pechos. Los apretó con fuerza y pellizcó ligeramente tus pezones. Rompió el beso para centrar su atención en ellos. Movió su boca hacia la derecha, haciéndote gemir más. Extendiste la mano para acariciar su cabello, llena de placer. Estabas casi empapada ahora, y como si él lo supiera, metió la mano bajo tu falda y comenzó a tocarte por encima de la ropa interior.
-Necito más, por favor. -Casi suplicaste al sentir su tacto. Sonriendo, te levantó como si fueses una pluma, y te puso encima del escritorio.
Separó tus piernas, dejaste caer tu cabeza hacia atrás mientras lo oías desabrocharse el pantalón. Levantó un poco más tu falda y te dio unos besos cortos en los muslos mientras se deshacía de tu ropa interior.
-Di que eres mías. -Dijo tomando tu cuello con suavidad haciendo que lo mires.
-Soy tuya, completamente tuya. -Y así, sin previo aviso, comenzó a follarte.
