Desavenencia

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No tuvimos la dichosa cita esa tarde.


Tweek comenzó a esgrimir excusas después de aquello. Sus mejillas, normalmente pálidas, se tiñeron de un carmín repentino, y sus ojos evitaban los míos como si buscaran refugio en algún lugar lejano. Empezó a esquivar el tema con una serie de pretextos: "tengo que ayudar a mis padres", "tengo tarea pendiente", "estoy cansado", deslizando las palabras con una destreza que parecía sacada de un manual de estrategias evasivas. Sin embargo, no tenía intención de presionarlo más. La mera visión de su nerviosismo me bastaba, e incluso encontraba cierto deleite en ello.

En realidad, no es que pudiera disponer de mucho de mi tiempo libre. Entre el avance de los proyectos escolares y los estudios, el día se desvanecía velozmente. Con los primeros exámenes acechando, no quería comenzar el año escolar con el pie izquierdo, especialmente considerando que tenía en mente aplicar a algunas universidades fuera del estado, y debia irme bien para ser aceptado. Aun asi habia sido solo un intento para hacercarme mas a el. 

A pesar de todo, alrededor de las seis de la tarde, cuando el sol comenzaba a esconderse y las calles a teñirse de negro, decidí llamar a mis amigos para asegurarme de que estuvieran a salvo en sus hogares. No estaba del todo seguro de si debía contactar a los demás, ya que nuestra relación no era la mejor, pero recordé el momento en que habían acudido en nuestra ayuda cuando más los necesitábamos, y eso me llevó a marcar sus números. Kyle y Stanley se mostraron sorprendidos al recibir una llamada mía, pero curiosamente no protestaron. Incluso el pelirrojo se animó a hacer bromas sobre la tarea de cálculo, mientras que el moreno cortó la llamada rápidamente para verificar que su novia estuviera en casa, suponiendo que seguramente no habia pensado en confirmar que ella estuviera bien.

Había dejado al rubio para el final. A pesar de que nos habíamos mandado mensajes casi durante toda la tarde, aun deseaba saber que se encontraba en la seguridad de su casa. Esa excusa de ayudar a sus padres o estudiar era una mierda, si hubiera estado ocupado jamas me habria respondido un solo texto.


Entonces, mi papá tocó la puerta de mi habitación, lo cual era inusual. Normalmente, jamás hablábamos. Él llegaba, encendía la televisión y se olvidaba de que tenía hijos. Sin embargo, todo cobró sentido cuando escuché que estaba ahí para avisarme que tenía visitas, y sobre todo, que ya lo había dejado pasar. Así que solo le envié un texto rápido a Tweekers antes de que se abriera la puerta de mi cuarto.

"¿Puedo marcarte más tarde?".

Antes de poder ver si me respondió, un rubio de ojos azules estaba en mi habitación, notablemente enojado y con una bolsa de comida china en la mano derecha.

—No respondiste mis mensajes, y no me digas que no tenías el teléfono en mano porque te vi en línea casi todo el día —se quejó—. ¿Solo por eso vas a hacer berrinche? —preguntó, sentándose en el piso y empezando a desempacar la comida—. Incluso yo soy el más maduro y estoy aquí, aún si me mentiste, dejando las diferencias para cenar como los buenos amigos que somos.

—Sí, bueno, ¿viste a Clyde? Dudo que eso haya sido obra de un novato —le reproché frunciendo la nariz, visiblemente molesto—. Tú también me mentiste. —Añadí, poniéndome de pie antes de sentarme en el suelo frente a él—. No puedes culparme.

—Sí, lo sé, fue una mierda lo de anoche. No necesitas recordármelo. crei que si me ponia en los zapatos de alguien nuevo, tendria mas posibilidades de hacercarme a ti por este asunto, pero es obvio que falle, pero ¡Hey! En mi defensa, jamás quisimos hacerle daño a Donovan —aseveró, extendiendo su mano hacia mí para ofrecerme un par de palillos—. Se va a enfriar.

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