Inefable

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La mañana avanzó sin más contratiempos, salvo por las miradas constantes de Kyle, Stanley y Tweek en algunas clases. A pesar de ello, todo parecía ir de maravilla. Solo quedaba la clase de cálculo antes de salir a almorzar, momento en el que podría buscar una bebida energética en alguna máquina expendedora y así recargar energías para el resto del día sin perder el control.¿Quién no odiaba esa sensación?.

El sueño y el cansancio te abrumaban, te obligaban a luchar por mantener los ojos abiertos y  tomar apuntes clase tras clase para combatir el aburrimiento no era la mejor actividad para despertar. Todo mientras la constante preocupación de que, en cualquier momento, todo pudiera irse a la mierda, acechaba en tu mente

—¿Planeas seguir evitándonos?— me llamó una voz suave, sacándome de mis pensamientos y obligándome a levantar la cabeza de mi mesa de trabajo. Reconocí la voz al instante, aunque era la última que quería escuchar—. Solo necesitas darnos un momento, ¡Clyde y Bebe...

—Yo no soy Clyde, él y su novia pueden hacer lo que quieran sin involucrarme —interrumpí de inmediato—. No tengo intención de meterme en sus problemas con Cartman y Kenny. No soy estúpido, sé que de eso se trata —dije con calma mientras el maestro entraba al aula, ofreciéndome un breve respiro—. Ahora, si no quieres causarnos problemas, vuelve a tu asiento.

—Sé lo de los guantes, Craig —dijo con firmeza y molestia, mientras el tic en su ojo izquierdo parecía intensificarse—. No estamos solos y necesitamos tu ayuda. No podemos lidiar con esto solos, necesitamos equilibrio.

otra vez ahi estaba esa maldita frase —Tweek, ese equilibrio del que tanto hablan me importa poco. Solo déjame en paz y desaparece, ya tuve suficiente de esas tonterias para toda una vida.— Después de mi firme rechazo, una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver su ceño fruncido y su nariz arrugada en disgusto. Sin embargo, esa sensación de victoria se desvaneció rápidamente cuando lo vi tomar asiento a mi lado.

—¡Dios! ¡Tienes que estar bromeando! ¿En serio planeas sentarte aquí? ¿Qué te hice? No quiero involucrarme —gruñí, ya algo fastidiado. ¿Quién se creía para volver y pedirme algo después de lo que pasó? Después de marcharse justo cuando más necesitaba a mi mejor amigo, me dejó herido. —¿Por qué te mandaron a ti a hacer el trabajo sucio? Creo que las cosas hubieran salido mejor si mandaban a Kyle, siempre ha tenido facilidad de palabra —murmuré, observando cómo fruncía el ceño y apretaba solo un poco sus finos labios antes de morderlos suavemente.

—No me mandaron, vine por voluntad propia. No necesito que nadie me ordene venir a hablar contigo —replicó de inmediato, con un tono más firme—. Creí que me escucharías después de nuestra conversación en la cafetería hoy. Me preocupan tú y mis amigos, y pensé que...

—Joven Tweek— interrumpió el profesor alzando un poco la voz— ¿cree que usted podría explicarnos la forma de hacer gráficos de funciones con derivadas?

El tic nervioso volvió a manifestarse en su ojo izquierdo, como un movimiento meramente involuntario que revelaba su ansiedad. Observé cómo los músculos de su rostro se tensaban, su respiración se volvía más agitada y sus manos temblaban ligeramente. Era evidente que la pregunta del profesor lo había tomado por sorpresa, y su nerviosismo se reflejaba en cada uno de sus gestos. En otro momento y con cualquier otra persona, me hubiera resultado algo divertido de observar, pero en esos momentos, solo podía percibir la amargura que se cernía sobre él. Aun si me molestaba su presencia a mi lado, no me gustaba verlo asi.

—N-no, señor —respondió con voz entrecortada, luchando por mantener la compostura frente a la mirada expectante de la clase.

—Es lo que pensé. Agradezco que quieras conversar con él, siendo el mejor de la clase. Estoy seguro de que sería un buen tutor para ayudarte a subir tu promedio, pero el joven Tucker también necesita poner atención. ¿Les importaría compartir su conversación? ¿O podemos continuar, muchachos? —dijo el profesor.

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