Silencio

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"¿Y si hacemos silencio? ¿Qué va a pasar?"

6:30 a. m. La mañana de Cancelo comenzaba a aquella hora, tal y como si tuviera un reloj interno, solía levantarse casi todos los días a la misma hora, eran raras las ocasiones en las que se quedaba dormido más tiempo de lo usual.

Aun con pequeños rastros de sueño en su cuerpo, se incorpora en la cama, se toma unos segundos para por fin levantarse y dirigirse al baño, necesitaba darse un baño por la mañana para despertar por completo.

A pasos lentos y perezosos llega hasta el baño, abre las llaves de la ducha, el agua no tarda en comenzar a salir y solo le toma un par de segundos regular la temperatura.

Sin perder más tiempo se desnuda de una vez por todas, para por fin meterse a la ducha.

El agua tibia le hace soltar un ligero suspiro de alivio, se siente bien contra su piel, aún era tiempo de calor, por lo que un baño refrescante sin duda era la gloria.

Para João el baño era un momento sagrado, que le ayudaba a relajarse o a aclarar su mente.

Quizás fue ese el motivo por el que recordó su discusión con su esposo de la noche anterior.

Se preguntaba si la molestia del menor ya habría pasado, esperaba que fuera así, pues realmente no quería que se molestara por algo que, a su punto de vista, era una tontería.

Había tenido un pequeño descuido, a cualquiera le podría pasar, no entendía porque su esposo había reaccionado tan mal.

Por su parte no estaba interesado en continuar discutiendo, y esperaba que por la de Félix fuera igual.

Más calma, era lo único que pedía no le encontraba sentido a seguir con el problema.

Continúa con su baño sin mucha prisa, sabe que aún tenía tiempo, sale de la ducha luego de un par de minutos.

Toma su toalla y comienza a secarse, una vez termina la envuelve alrededor de su cintura y se dirige al lavabo para cepillarse los dientes.

Sin más sale del baño y se encamina a buscar la ropa que se pondría aquel día, en menos de 10 minutos ya se encuentra listo, por lo que sale de su habitación, de camino hasta la cocina, sabe que ahí es donde se encuentra su esposo.

Al llegar lo puede ver preparando el desayuno, parecía concentrado en lo que hacía, pues ni siquiera había notado su presencia.

-Buenos días- Saluda en un tono tranquilo, observa el pequeño sobresalto del menor, si, sin duda estaba concentrado. Nota como Félix le da una rápida mirada antes de regresar su atención a lo que estaba preparando.

-Buenos días- Le corresponde el saludo, pero de una forma apagada e incluso se atrevería a decir que cortante.

Cancelo no tenía que ser un genio para deducir que su esposo aún continuaba molesto.

Silencio, era lo mejor que podía hacer en esos momentos, por lo que prefiere no decir nada más al respecto y simplemente tomar asiento en el comedor, sabe que cuestionar a su esposo ahora no es la mejor idea, mucho menos presionarlo a hablar.

Prefiere darle su espacio por el momento, Félix sabrá cuál será el tiempo correcto para hablar.

Félix no tarda en servir el desayuno, tomando asiento de igual forma, para comenzar a comer.

Por costumbre Cancelo saca su teléfono, aprovecha para revisar los correos y mensajes de su trabajo, mientras come, al menor esto no parece importarle pues este hizo lo mismo.

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