Tal vez

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"Tal vez no te escuché, tal vez me descuidé, tal vez se me olvidó que yo te amaba"

Cancelo se sentía que se asfixiaba, las duras palabras de su esposo habían sido como un balde de agua fría.

El silencio que se había formado en la habitación tampoco ayudaba en nada, necesitaba salir de ahí, no podía seguir soportando aquel ambiente.

Su mente ni siquiera razono la idea, su cuerpo se movió por sí mismo, y para cuando se dio cuenta ya se encontraba saliendo de su hogar.

Se dirigió directamente a su auto, tenía muchas cosas en la cabeza en esos momentos y estar en el mismo lugar que Félix no sería la mejor opción ahora mismo, además, lo más seguro es que el menor no lo quisiera ver.

Sin pensarlo demasiado, encendió su auto y se marchó de aquel lugar.

No tenía ningún rumbo en específico, tan solo comenzó a conducir.

Conducía a una velocidad prudente, pues no tenía prisa de llegar a ningún lugar, además que ya era lo bastante malo que se encontrara conduciendo en su estado actual como para sumarle algo más.

Mientras conducía no podía dejar de recordar su discusión con su esposo, nunca habían discutido de esa manera.

Claro que había tenido discusiones y desacuerdos como cualquier matrimonio, pero nunca nada como en esa ocasión.

No podía sacarse de la cabeza la mirada de su esposo, los ojos del menor sólo reflejan una profunda molestia.

Jamás pensó que recibiría ese tipo de mirada de parte de su esposo.

¿Desde cuándo Félix se sentía así respecto a él? ¿Cuánto tiempo llevaba guardando su sentir?

Por la forma en que había reaccionado, Cancelo podía deducir que tenía tiempo sintiéndose así, era como si por fin hubiera podido decir todo lo que sentía.

Aquel pensamiento solo lo hizo sentir peor.

¿Cómo es que no se había dado cuenta antes de que las cosas estaban mal? ¿Cómo es que no noto a su esposo diferente?

Había estado tan centrado en otras cosas que no pudo notar que algo afectaba a Félix.

Su mente lo llevó a recordar los días anteriores, a todas las ocasiones en las que claramente pudo notar que algo estaba diferente en Félix.

La mañana que lo había encontrado tan decaído, las veces que en sus discusión pasabas Félix había resaltado el hecho de que solo le importaba su trabajo, los problemas que nunca intentó arreglar, los semblantes decaídos del menor cada vez que tenía que cancelar alguno de sus planes o incluso todas las veces que Félix había intentado hablarle sobre su viaje por su aniversario.

Su aniversario, era cierto, en un par de días sería, ers más que claro que no habría viaje, quizás ni siquiera habría otro aniversario.

Tal vez era demasiado tarde y ya no había nada que hacer, el tiempo que tuvieron tal vez se gastó.

Ante tal pensamiento fue inevitable que pequeñas lágrimas se formarán en sus ojos, rebeldes un par de estas corrieron por sus mejillas.

No dejó que avanzarán mucho más, pues se apresuró a limpiarlas con una de sus manos.

Aprovecho la parada de un semáforo para limpiar correctamente su rostro, al terminar miro por la ventanilla del auto mientras esperaba.

Se dio cuenta que estaba cerca del bar en el que había estado hace rato, a pesar de que la idea de tomar un par de copas era bastante tentadora en esos momentos, sabía que no era lo mejor, por lo que descartó la idea de inmediato.

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