Sergio observaba con amor la escena, sintiéndose agradecido por la familia que habían formado juntos.Por fin tenían a su honrado bebé. En ese momento íntimo, Sergio se sintió abrumado por la felicidad y el amor que compartía con Max. ¿Quien era para...
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─ Ugh, huele horrible. Que asco.─ , Dijo el Neerlandés tapando sus fosas nasales de la comida que su Equipo había hecho, su humor también está más pesado,no había sentido esos cambios desde que era adolescente cuando tenía la presión de su padre por seguir sus mismos pasos en el autonomismo.
Horner, su líder y padre , suspiro, sabía que su mejor copiloto estaba embarazado pero claro, el humor y sus actitudes estaban en las nubes, entre más le daban algo para comer cualquier cosa el se tapaba la nariz y hacía un dulce puchero.
Adrian Newey el diseño del Equipo trajo un plato de papitas y carne asada con un toque de ensalada, Max por su parte miro el plato y empezó acercarse, desde el embarazo, el Equipo de Red Bull mimaba mucho a Max le daban lo que querían, almohadas, peluches, dulces y demás.
─ No quiero, no quiero.─ , tapo su boca y nariz viendo como Andrian alzaba una cuchara quedando cerca de la boca del Neerlandés.─ Quítalo de encima.
Un suspiro se escucho por parte de todo Red Bull rindiéndose.
─ Maxie..¿ En realidad, que quieres comer?─ , pregunto una empleada del equipo, mirando a Max quien empezó a pensar.
─ Quiero pepinillos con chocolate y queso─ , dijo el Neerlandés, sacándole risas a los demás. La empleada asintió riendo bajo, yendo a buscar la comida que el menor quería.─ ¿De que te ríes, papá? ¡No me da risa!
Horner por su parte estaba con el rostro rojizo, su mano estaba en su boca tratando de guardar la risa que contenía, al ver a su mejor orgullo de equipo, era totalmente adorable y gracioso, recordaba cuando su esposa empezaba con sus antojos de día y noche y medio día.
La manera que decía Max sobre su comida era en sí un berrinche o fetiche que el mismo, en su interior, buscaba encontrar la comida perfecta pero, no tan perfecta porque si sabía algo, el lo vomitaría después.
Mientras Horner se gozaba al Neerlandés, el esposo de esté, llego en el monoplaza rápidamente, Sergio por su parte, salio del monoplaza y se quitaba su casco respirando libremente de su rutina de entrenamiento.
El paso de Sergio estaba firme yendo a donde su hermoso marido, quien estaba sentado muy cómodamente en uno de los sofás que ahora, era suyo.
─ Hola, mi lindo güerito embarazado.─ , saludo Sergio, besando los labios de su esposo quien estaba haciendo pucheros.─ ¿Ya comiste?
─ Y-yo.. No que..
─ ¡Ni siquiera quiere lo que le damos, pidió algo, horrible!─ , intervino Daniel cruzado de brazos, señalando el plato que venía con la empleada quien venía con un tapabocas y se lo entregaba a Max quien le brillaron los ojos felizmente.─ ¿Lo ves?
