𝐕𝐈𝐈

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─ ¡No!

─ ¡Sí, Max!

─ ¡No quiero eso!

─ Tu decidiste tener un bebé, así que aguanta Emilian.

─ ¡No quiero, es aterrador!

─ ¡Pero te va a tocar, corazón! ─ dijo Horner por quinta vez, apretando sus manos con suavidad en las mejillas de Max.─ Desde el principio supe que estabas nervioso por ser mamá,  pero te prometo que estaremos juntos en esto. Te apoyaré en cada paso del camino y tu esposo Sergio te estará ayudando.

─ ¿No te dolía?─ preguntó inocentemente el rubio con los ojitos brillantes por unas cuantas lágrimas que había derramado así como así.

─ ¿Qué si me dolió?─ devolvió el Mayor, con una mano en su pecho, con una sonrisa a medias.─ ¡Claro que sí! ¿Sabes lo mucho que tuve que empujar para que tú salieras?─ dijo con obviedad, pero su tono era cálido y afectuoso. No había rastro de dolor en sus ojos, solo amor y complicidad. 

Max tembló, agarrando sus rodillas y masajeándolas.

─ Juré en ese momento que JAMÁS pero JAMÁS me iba a volver a embarazar, hasta que nació tu hermana Victoria.─ El menor trago saliva, mirando a su madre (Horner), sus ojitos azules brillaban con temor.

─¿Y papá?─ pregunto Max, agarrando una galleta del jarrón que su esposo había traído minutos antes de irse.

─ ¿Él?─ chasqueo la lengua.─ Se desmayo.

─ ¿Qué ?

─ Se desmayo, Max. Me vio ahí de piernas abiertas y al ver un poco más de cerca se le bajo la presión, pero luego..¡Mghh!─ fue interrumpido por una galleta en su boca.

─ Luego, me despertó los gritos, insultos y golpes de él, o sea, fue increíblemente loco y aterrador, seguro que a Sergio le pasará.

Dijo Toto, quien estaba detrás de su querido esposo Horner.

─ Espero que eso no le suceda a Checo, papá.─ Arrugo la nariz el pequeño rubio, mirando a sus padres quienes soltaron una risilla.

─ Solo decía, corazón.─  comentó Toto acariciando el cabello rubio de su hijo y besando su frente.

Max sonrió con ternura, besando la gran mano de su padre. De repente, recordó lo que Checo había mencionado: el asado familiar para celebrar el baby shower. Se aclaró la voz, llamando la atención de los mayores a su alrededor, y funcionó.

𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 𝐋𝐈𝐍𝐃𝐎 𝐁𝐄𝐁𝐄́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora