7. Bitter Omega: Traidor

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Por Kiev

Termine con Gouthier el jueves siguiente, le dije que lo sentía, pero ya no teníamos tiempo y no funcionaría. No necesitaba saber la verdad, era un daño innecesario, para mi suerte el solo asintió con una sonrisa, diciendo que quizás en el futuro podríamos organizar mejor el trabajo, yo asentí también aunque a,vos supiéramos que era mentira.

Ese día volví a casa con cinco kilos menos, antes de que pudiera darme cuenta había pasado un mes y llegó mi celo; junto con el de Gadreel, tuve que usar un collar protector, pero aún así había sido el mejor celo de mi vida. Tenía nuevas cicatrices, la del hombro se había quedado y enfermamente esperaba que la de mi torso también, incluso la de mi muslo con todo lo que había dolido y lo que le había costado a Jean cerrarla sin golpearme, le pregunté cómo estaba Gou, el solo contestó que bien, que el se veía mas feliz últimamente. Yo elegí creerle la mentira.

Estaba terminando el año ahora, navidad sería en unas semanas y todo el trabajo era sobre cerrar negocios, sobre la planificación del nuevo año. Seguía trabajando con M&M, Piero había tenido tan buenas ventas con mi campaña que ahora había firmado un contrato de cuatro años, solo si yo me encargaba de cada campaña.

Estaba yendo todo tan bien, casi todo, aveces me encontraba con Gadreel y alguna de sus parejas en algún evento, les veía compartir tan naturalmente que algo se rompía inevitablemente. Sin embargo, luego me lo encontraba en el baño, hacía una broma graciosa, un halago y decía que nos veíamos en casa, nuestra casa.

Me había mudado totalmente, incluso si Dree no estaba yo dormía mucho mejor con su aroma en las sábanas, ya me hablaba de sus hijos con soltura, sobre cómo su hijo mayor lo metía en problemas y que los dientes de los gemelos también se estaban cayendo, yo omitía las ganas que tenia de conocerlos algún día.

¿Ese no te parece mejor? —pregunté con duda, estábamos en mi sala de juntas, pero no estábamos solos; sus abogados y su hermano también estaban allí. Yo mantenía mi comportamiento lo más profesional, mis abogados y los de ellos discutían contratos, otros ejecutivos divagaban números con su hermano, yo y él estábamos terminando la última campaña de este año— Elige cualquiera, ambas las tengo terminadas —insistí.

Que inteligente, Kiki —había sido totalmente involuntario, se tensaron los músculos de su espalda, lo vi todo en cámara lenta, los ejecutivos fingían no haberlo notado, pero nos miraban con demasiada atención.

Debes dejar de ponerle apodos a la gente que no te a dado esa confianza —agregó Zaith, restándole importancia, disculpándose por el— Discúlpalo, Kiev, el es demasiado idiota, nuestros empleados están hartos de los sobrenombres ridículos ¿Cómo si un nombre fuera tan largo?

Lo siento —pronunció Gadreel con una media sonrisa.

Sonreí, asintiendo, aunque cuando le miré a los ojos estaba seguro que Zaith sabia que era mentira, sin embargo ahora ya no nos miraban y habían vuelto a su trabajo.

Yo volví al mío también, la junta terminó en unos treinta minutos, y corrí de vuelta a mi oficina. Unos quince minutos después Kú abrió la puerta, Gadreel entró con su sonrisa tan hermosa— Se te quedó este paquete en mi recepción y ya no lo soporto.

Sonreía aún más— ¿Se pega mucho a esta empresa, no?

De hecho —mencionó Kú, mi mejor amigo, mi mayor secretero salió de mi oficina, mientras Dree le remedaba, ellos se llevaban muy bien desde aquel incidente con Khal, yo volví a reírme diciéndole que se sentara.

No quiero sentarme —se saltó totalmente el escritorio, yendo directamente a besarme los labios; se sentó sobre mi escritorio y yo recosté mi cabeza en su regazo— Que temporada de mierda.

BitterSweet Omega/ Omega Agridulce (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora