5. Unami Omega: Dinero

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Por Fiet
Aveces la vida no es como uno espera, aveces hay que adaptarse a lo que uno tiene y de eso yo sabía bastante.

Me mire al espejo y nunca había esperado verme así, ni en mis peores pesadillas; Alexander me miraba sentado desde la cama con la guitarra en su regazo,arreglando algo en la libreta– Me veo ridículo —le comente, el levanto la vista, llevaba una semana en mi casa, y aún no le contestaba el teléfono a su madre. Había conseguido un trabajo de tiempo completo en una cafetería y no iba a la escuela desde entonces, le pagaban semanal y hoy apenas llegar me había entregado el dinero, cuando le dije que era su dinero, que él debería ocuparlo, me dijo que él se quedaba con las propinas y le bastaba con eso, que no servía como alfa si no podía darme algo para la casa al menos.
Yo intentaba que estuviera cómodo, no estábamos actuando como un pareja de tortolitos, pero al menos estábamos cerca y por ilógico que sonara: me sentía físicamente mejor desde entonces.
Alex me estaba ayudando con mis cosas de omega, a entenderlas y me había comprado una gargantilla de lazo, no era muy grande y era completamente negra, combinaba con mi traje, pero no conmigo— Esta bien, debe verse así —se levanto de la cama y paso sus manos por la tela, era raro, se sentía como si él no estuviera tan cerca— ¿Lo ves? Ayuda cuando estamos en público o cuando estes cerca de tu celo –hizo una pausa antes de reír— Bueno ayudará cuando tengas un celo, pero también con los calores del embarazo.
Arrugue el entrecejo ¿Iba a tener fiebre?— ¿Calores?
Él se sonrojó, my rara vez Alexander se sonrojaba, paso un mano por su cabello que empezaba a ondularse y crecer. Se le veía tan bien— Es como un celo, pero corto, es culpa de las hormonas del embarazo y solo dura unas horas... —ahora el sonrojado era yo, aún no teníamos esas confianzas,él sacudió la mano en el aire antes de dejarla sobre mi hombro— No tienes que preocuparte por eso ahora, será más adelante, lo solucionaremos cuando lleguemos allá.
Asentí y quite el collar, iba a estar solo por la casa hoy y no lo necesitaba; me quede mirando la marca, Alex me haba dicho que si él la hubiese cuidado desde el principio sería menos oscurá, que los alfas debían lamerlas y limpiarlas para que cicatrizaran sutilmente. Yo tenía una marca enorme y oscura que ya nada iba a cambiar, pase una mano por encima, aún podía sentir exactamente donde había estado cada uno de sus dientes en mi piel, recordaba incluso como yo le frotaba mi cuello contra los dientes mientras me follaba. Junto con su aroma,todos esos recuerdos habían vuelto.

Puedo hacer otra —soltó de la nada, yo me sentí avergonzado por estar recordando la forma en que gemía con la boca llena de mi sangre. Avergonzado de que me pareciera sexy.
Tantas cosas habían cambiado "¿Que cosa?"— Otro lazo, luego de que tengas al bebé y lo podré cuidar, y no se verá tan grande.

A mi me gusta —conteste y no se de donde había salido esa opinión que nadie me había pedido, asique cambie de tema, sentándome a mi lado de la cama mientras él tocaba la guitarra— ¿Puedes sacarlos cuando tú quieres?

El se rió, negó con un movimiento de cabeza mirándome— No soy un vampiro, salen cuando estoy caliente o molesto solamente...

Oh —suspire, algo decepcionado, de alguna forma habían comenzado a interesarme esas cosas— ¿Y que otras cosas nos hacen diferentes? —él me miro unos segundos en sílencio, yo me sonrojé— Fuera del sexo.

Alexander dejó la guitarra a un lado— Casi todo es por el sexo, pero tienes una voz, tu omega, si estuvieras en peligro, estresado o asustado, yo te escucharía, es como un grito muy fino, casi un silbido que solo yo puedo oír.

¿Solo yo?

No, yo también tengo una voz, es más gruesa, la puedo usar con otros alfas si estoy molesto o la puedo usar con mi omega para hacerlo hacer cosas.

¿Como?

Es como si te aturdiera, querrías complacerme y obedecerías a lo que fuera que te pidiera.

Se hizo un silencio, no tenía ni idea que eso existiera si quiera, el suspiro— Yo nunca la usaría contigo, no es justo —asentí, no me quedaba más que creerle, mientras más miraba mi situación más me daba cuenta que mi vida estaba básicamente en sus manos. Creo que ya no odiaba ser un omega, no tanto como al principio al menos y Alexander parecía tener mucho que ver con eso, pero sabía que había una línea, una que me dividía a mi y mi omega, porque yo debería estar triste, debería estar sufriendo por Gemma aún, ella me había engañado y habíamos terminado, ella me odiaba; y lo estaba, creo que estoy triste, pero mi omega, la parte de mi con la que tenía que pelear para no saltarle encima a Alex cada que estaba haciendo ejercicio o recién duchado, esa parte estaba feliz, estaba llena y dispuesta a quedarse como amo y señor de la torre de control. Mire el techo de la habitación, recordaba la cara de Gemma cuando nos mudamos aquí, cuando había tenido que convencerla que sería temporal, que le compraría una casa más grande apenas pudiera; yo era lo más parecido al alfa en esa relación y no podía haber sido una representación más triste de uno, por más que corría, por más que me esforzara nunca podía ganarle a la ambición de Gemma.

BitterSweet Omega/ Omega Agridulce (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora