3. Unami Omega: La magia

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Por Fiet

Hoy salía del trabajo temprano, no había vuelto a hablar con Alex desde aquella acogedora charla con su madre, apenas sabía de él porque había firmando los papeles del aborto, y de su madre ni siquiera había oído cuando me cambiaron de oficina.

Había algo que me molestaba en el hecho de que hubiese sido ascendido por ese motivo, pero ahora mismo era la última de mis preocupaciones;la hora de la cirugía era hoy por la tarde y apenas terminara mi fichero podría irme a mi casa. Hacia eso mientras pensaba en Alex, no es que no quisiera hablar con él, después de todo le debía un enorme gracias por lo que había hecho, ese día incluso iba a ofrecerle mi casa para quedarse cuando supe que realmente su madre lo había echado, claro que estaba ese minúsculo problema y es que cada vez que quería hablar con él estaba con alguien, si no era el omega rubio de ese día, era alguna chica de recepción, incluso alfas se le pegaban como lapas... Tenian razon, sacando de lado el hecho de que era un mocoso, podía ver lo atractivo que era para el resto, si parecia que se reia y a todos les salían arcoiris por el culo y el no se quedaba atrás, dejandose abrazar, le llenaban de regalos, halagos, las chicas incluso iban directo a besarle las mejillas cada que tenían oportunidad; cualquiera se quejaría de la invasión a su espacio personal, pero no, Alex no era así, él estaba encantado con toda esa atención y me daban ganas de gritarle que todo era por su madre... aunque yo sabía que no era verdad.

Estruje el plátano entre mis dedos solo dándome cuenta cuando sentí la húmeda masa en mi piel, ni siquiera alcance a limpiarme pues mi teléfono estaba sonando— ¡¿Que quieres?!

¿Llame en mal momento?—esa voz me sacó de mis pensamientos, no hablaba con Gemma desde aquella visita al doctor y me pregunte por que no le había llamado si de todos modos ahora estaba por hacer lo que ella me había pedido, no logre contestar nada, pero para mi suerte ella siguió hablando por los dos "Estoy bien, Supe que te haras la cirugia hoy" me mordí el labio, claro, mi madre debía haberle contado ya y aunque sonaba tranquila podía notar cierta esperanza en su voz ¿Gemma estaba volviendo a mi? No sabía cuánto la había extrañado hasta escucharla hablar así— Pensé que podría pasarme por tu casa en la tarde, quería recoger algunas cosas que se me quedaron y podríamos cenar juntos... Necesitarás reposo —pase mis dedos por mi cuello, le pregunté si no quería acompañarme, la verdad estaba asustado aun cuando el doctor dijera que era algo ambulatorio, ella se negó diciendo que tenía algo que hacer aunque yo no dije la hora, supuse que era mucho para ella y tenía razón, era mucho para mi incluso ¿Realmente iba a hacerlo? Pensé en Gemma, su sonrisa alegre, sus manos suaves, el aroma de su cabello, tan hermosa y delicada, pero de pronto unos brazos gruesos se cruzaron en la imagen,un pecho firme además de la sensación del picor de una barba apenas existente allá en donde besaba 'Fiet estamos destinados' repetía esa molesta voz, el fuerte aroma envolviendome... ¡¿A mi y cuantos más?! Estrelle lo que quedaba de plátano en el escritorio ¡Maldita Zorra con cara de niño! ¡Claro que lo iba a hacer, toda esa confusión se acababa hoy!

Faltaba al menos hora y media para la cita al doctor, quizás por levantarme la moral pase a un bar cerca del hospital a tomarme al menos un jugo, estaba solo en una de las mesas del fondo, dando la espalda a la puerta y solo me sacó de mis pensamientos la estridente voz de alguien además del golpe de su mano en mi nuca— ¡Mira a quien tenemos acá! —la mire bien y aunque me tarde un poco en reconocerla sonreí al hacerlo y saludarla, Dagna era mi amiga desde la universidad, era una omega hermosa y alegre, se había casado con un omega un poco mayor al terminar la escuela, lo ultimo que habia sabido de ella es que ambos ahora tenían una especie de negocio familiar— Tanto tiempo sin verte ¿Cómo has estado? ¿Como esta Gemma? —Iba a responder, pero al escuchar ese nombre el aire se me quedo en la boca sin salir, me tarde unos segundos en buscar una manera de decirlo; siendo honesto sería la primera vez que le diría a un amigo que ya no estábamos juntos, ella no parecía sorprendida en absoluto al oírlo—Bueno, ella siempre me pareció que no era para ti.

BitterSweet Omega/ Omega Agridulce (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora