11. Sweet Omega: Hereditario

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Por Kú

Creí que me sentiría tan triste que me pondría a llorar en ese mismo momento, y lo hacía, estaba así de triste, pero también estaba tan malditamente molesto.

No se en que momento, pero rápidamente la rabia le ganó a la tristeza. Yo había intentado, por primera vez había hecho todo de la manera más correcta posible, cada jodido pasó que había dado había sido con mi mejor intención, pero al final todo lo que tenia era la misma respuesta de siempre:

"No eres suficientemente bueno, Kú"

Perfecto, porque seré lo suficientemente malo ahora, no importaba cuánto me costará, Khal iba a sentirse tan adolorido como yo ahora, tanto que la próxima vez que escribiera algo esperaba que la protagonista siguiera siendo Lia, pero el villano iba a ser yo.

¿Tú hermano está trabajando? —pregunté hacia Gadreel, que me negó con un movimiento de cabeza como si estuviera realmente asustado de mis planes, como si los pudiera ver en mi cara, yo sonreí aún más ampliamente, pestañeando un par de veces para quitar la incómoda humedad que había aparecido en ellos— ¿Si o no?

Kú es una horrible idea, seguro que —no lo terminé de escuchar, porque yo conocía estas oficinas de memoria, claro que vacías y muy de noche, pero la oficina de Zaith no podía haber cambiado tanto. Sentía el pesado nudo en mi garganta cuando avancé hacia fuera del ascenso; Khal me seguía mirando incrédulo, asustado de que me presentara delante de su cita— Me van a matar, Kú, no sabes cómo es Kiev.

Chasquee la lengua al ver que Gadreel seguía a mi espalda y yo solo pasé hacia el grupo de personas que estaban reunidos allí— Derfet —esa era la voz del abogado de los Meid, el que firmaba muchos papeles para mi cuando Zaith me mantenía. Yo conocía a esta gente, quizás Khal y yo no éramos iguales, pero este no era solo su mundo, era mío también, yo casi lo había olvidado por un estúpido profesor que no existía.

Hola, Julián —le di la mejor de mis sonrisas, esa que ponía cuando necesitaba un adelanto de dinero— ¿Sabes dónde está mi querido amigo?

Khal sabía que no lo miraba a conciencia, estiró su mano atrevidamente para tocarme— Kú —me llamó la atención, el a mí, como si yo fuera el equivocado.

Me sacudí su mano como la garra traicionera que era, el no quería al omega que se había enamorado de él incluso si él no le amaba, no quería el omega que se esforzaba por ser mejor, no quería un omega usado que preparaba almuerzos de mala apariencia— ¿Disculpa? —Así que le iba a dar lo que si quería, quería la arpia arribista y la va a tener— ¿Qué hace un muerto de hambre profesor en esta empresa?

Lia me estaba viendo también, con los ojos fijamente en mi cuello, el lazo que ella creía era de su alfa, volví a sonreír— Vamos a hablar de esto en casa —insistió Khal.

Lo miré a los ojos, esos ojos verdes que me habían mirado con tanto cuidado, que se perdían en los míos justo antes de besarnos, los ojos verdes que me habían dicho que yo era importante, que era valioso y que era digno. Tan mentirosos y traicioneros ojos— ¿En qué casa? ¿La casa del heredero Masson, en la casa que le compraste a tu omega o en la casa donde escondes al alumno que usas para acostarte?

¡Kú! —su voz salió tan alta y molesta que me hizo sonreír, pero no tanto como la expresión de incrédulidad en Lia, pobresita.

¿Es tu alumno? —ella se cubría la boca, por su expresión parecía no ser el único que jamás se esperaria algo malo venir de este hombre— Khal...

El volvió a sujetarme del brazo, pero antes de que pudiera hacer algo más Gadreel empujó suavemente mi cuerpo  hacia el de él, nunca pensaría que de todas las personas aquí sería el amante de mi jefe quien me cuidara— Si lo soy ¿No te lo dijo? —relami mis labios encantado con la cara de Emilia deformándose delante mío, seguro que ni la mejor revista le había visto esa mueca— ¿Y quieres saber cómo me mordió? —mentira con mentira se paga, me dije a mí mismo— El primer día de clases, perdió completamente la cabeza, ya sabes cómo son los alfas, ni siquiera le importó el uniforme o que yo dijera que no —eleve los hombros, Khal iba a replicarme, pero Lia sacudía su cabeza caminando lejos de él sin poder creérselo, yo seguía sonriendo tan pancho.

BitterSweet Omega/ Omega Agridulce (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora