PASIONES PROHIBIDAS: (Amores que hieren)¹

CAPITULO 26/1

Cara a Cara

PARTE I

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Abro los ojos cuando despierto por completo y bajo mi rostro para mirar a Isabella que estaba acurrucada en mi pecho.

Dejó caer la cabeza en la almohada y alzó la mano para tratar de que el sol no me dé directamente a la cara.

Hoy los candidatos para alcaldes tenían campaña y también un debate.

Mi tropa y yo teníamos que estar presentes por si había algún altercado con la mafia. O con su Reina.

Bostezo, abrazando a Isabella y hundiendo mi rostro en su cuello para inhalar con fuerza su olor.

Olía tan bien.

Tenía un nuevo shampoo que la hacía oler a coco.

Empiezo a besar su cuello, alzando la sudadera negra que lleva.

Bajo la cara y me prendo de sus pechos, mordiendo sus pezones.

Ella no da señales de vida y sigue profundamente dormida.

Se remueve en la cama y se pone boca abajo, manoteando al aire como si hubiera un zancudo.

Le toqueteo el culo redondo, besándole la espalda.

Subo mi boca por su columna vertebral y llegó a su nuca.

El cabello caía por las cobijas y puedo observar el tatuaje de una estrella en esa zona.

Lo empiezo a besar, al igual que los tatuajes de más abajo.

No le había visto el tatuaje de la estrella.

Sus pocos tatuajes eran elegantes y pequeños.

No todo el mundo los vería.

— ¿Señor, está despierto?—la empleada golpea la puerta—. Sus amigos y su hermana acaban de llegar.

Suelto una maldición, obligándome a separar de Isabella.

Beso su mejilla antes de ponerme de pie y salir de la habitación.

— ¿Qué quieren?—le preguntó a Francis, Joseph y Jackson.

— Visitarte—me dice Jackson.

— Sí, claro.

Béla aparece por el ascensor cargando tres maletas.

Se vino a quedar aquí porque se hartó de Mason y Saray, y Diana se dio el atrevimiento de decirle que se podía quedar acá.

No opinaba nada, tenía otras casas en las que me podía quedar y casi no permanecía en el Penthouse.

— Hola, Dareck—me saluda.

Le dedicó un gesto de cabeza.

— ¿Dónde está Diana?—inquiere.

— Se fue con Valeria.

Ella asiente y saluda a los demás después.

Jackson le ayuda con las maletas y luego los dos vuelven a la sala.

— Tenemos información—me avisa Joseph junto con su esposa.

— Descubrimos que va a haber una reunión de la mafia líder hoy por la noche—me dice Francis en voz baja.

Jackson se une a la conversación.

— Y va a estar la Reina de la mafia.

— ¿Quién les dio esa información?—inquiero.