CAPITULO 12

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La Mafia Negra.

ISABELLA

La perilla de la puerta se movía tratando de ser abierta, y yo miro a Bilal, fingiendo que no pasa nada.

Nos habían descubierto.

El mafioso fija los ojos en mí, poniéndose alerta, mientras que yo sigo en mí papel.

— ¿Reina de la Mafia?—Pregunto burlándome y bajándome de su regazo—¿Acaso estamos en una novela ficticia?

— Es muy real..—Susurra poniéndose de pie, mirándome con recelo. —Tan real que su encantó no puede pasar desapercibido—Cuenta.

Me halagan.

Los disparos retumban abajo y yo sigo en mí papel, calculando que debería hacer.

— ¡Tienes que.... Peligro!—Me hablan por el intercomunicador pero no logro escuchar nada por la interferencia—¡Sal.... Ya!

Mando todo a la mierda, y tranco la puerta con una silla, antes de lanzarme por el arma que escondí en la mesa de noche.

El me agarra de la peluca, jalandome hacia atrás, y me burló cuando solamente libera mis cabellos rojos que caen por mis hombros.

— Eras tú...—Susurra incrédulo.

La puerta trata de ser abierta violentamente, mientras que el Mafioso, y yo, nos miramos directamente a la cara.

— Déjate de juegos y ataca—Le digo extendiendo mis brazos a los lados y él se ríe.

— ¿Atacar?—Me dice burlándose, y frunzo el ceño dando un paso atrás cuando se acerca.—¿Quién ha dicho que te busco para destruirte, Isabella Marshall?

Me toma por desprevenida cuando me tira a la cama, y se sube encima de mí, besando mis labios suavemente.

Me quedó quieta por el repentino acto, mientras pasa sus manos por todo mí cuerpo, haciéndome sentir la suavidad de la palma de su mano.

— Lo único que quiero es tenerte a ti..—Susurra— Tanto tiempo buscándote y hoy viniste a mí...

— ¡Suéltame!—Le grito empujándolo lejos de mí.

El sonríe sin dejar de observarme y yo observó la jeringa tirada en el suelo.

Me tiró hacia ella tratando de agarrarla, y cuando la tengo en mis manos, Bilal agarra mí muñeca para empezar a pelear por la jeringa.

La agarró con mis dos manos, tratando de inyectársela, y el echa la cabeza para atrás, deteniendo mí mano.

Suelto un chillido de dolor cuando me voltea el rostro de una cachetada y la jeringa vuela lejos, perdiéndose en la habitación.

Golpeó sus canillas, y el cae al suelo de un golpe seco.

Avanzó a gatas buscando la jeringa con el liquido, y la mano de Bilal jala mí tobillo dejándome abajo de el, inmovilizándome.

— La alianza con los Zudor es necesaria, y ahora mismo estás viendo a el Líder de la nueva Mafia Negra. —Sonríe explicándome—Cuando me adentre en la mafia Enemiga, empecé a investigarte, y valla sorpresa me diste cuando te vi por primera vez. La mujer que busco desde siempre, tan hermosa como recuerdo, tan hermosa como me advirtieron.

Sus últimas palabras me confunden, y frunzo el ceño desubicada por todos sus balbuceos, confundida por sus palabras.

— No pueden crear una Mafia Negra—Me burló.—¿Crees que soy tonta?.

PASIONES PROHIBIDAS: (Amores que hieren)¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora