Capítulo 3: Increíble.

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Narrador:

Alfonso: -Entonces nos besamos (sonríe).

"Ya lo sé, los vi".

Dijo Anahí en su mente.

Anahí: -Eso es genial.

Dijo Anahí para después regalarle una pequeña sonrisa a su mejor amigo. Ouch.

Alfonso: -Ella es genial.

¿Era posible que el corazón de Anahí siguiera rompiéndose cuando ya estaba destrozado?.

Alfonso: -Dulce...ella es increíble.

Terminó de decir Alfonso. Estaba tan contento, había besado a la chica más hermosa del mundo, y tenía a la mejor amiga del mundo. Lastima que Alfonso no sabía que con cada palabra que él decía le rompía cada vez el corazón a Anahí.

Dulce: -¡Hola!.

Dulce llegó de un brinco a la cafetería, teniendo un complejo si sentarse al lado de su mejor amiga o al lado de su novio. Ambos estaban expectantes a la desición que Dulce tomaría.

"Increíble".

Dijo Anahí en su mente al ver como Dulce se sentaba al lado de Alfonso. Lo que menos quería era que su mejor amiga la empezara a dejar de lado.

Dulce: -Hola, amor.

Ouch. Alfonso plantó un casto beso en los labios de su novia.

Ouch, ¿Sería así todo el tiempo?.

Anahí: -Yo...

Anahí trató de hablar.

Anahí: -Iré al baño.

Si era necesario tener que irse a China con tal de no ver como Dulce y Alfonso restregaban su amor sobre sus narices, tomaba el primer vuelo que encontrara. Pero era absurdo, a Anahí le había comenzado a cansar toda esa situación, y solo habían pasado unos días. A ella le alegraba ver a sus amigos felices, pero estaba siendo egoísta consigo misma, ella no estaba feliz con eso. No se permitiría seguir sufriendo al ver como Dulce y Alfonso eran felices y ella no.

Iba tan sumergida en sus pensamientos, mirando al suelo en su melancólico caminar, sintiéndose horrible, cuando accidentalmente chocó con un chico. El chico era de estatura mediana, cabello castaño, tez blanca y ojos cafés. Era Leonardo Aguilar.

Leonardo iba en el mismo salón de Anahí, Dulce y Alfonso, pero no se hablaba con ellos.

Leonardo: -¿Puedes fijarte?.

Dijo el chico molesto, pero al ver la cara de Anahí su expresión cambió al instante.

Leonardo: -Yo...lo siento.

Anahí: -Está bien.

Anahí siguió su camino, cabizbaja.

¿Qué pensaban?, ¿Que se enamorarían al instante?...Pues no, ella ya estaba enamorada, enamorada de alguien que no le correspondía.

Demasiado tarde (Ponny).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora