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POV: Juanjo

– ¿Nombre y apellido, por favor? – me pregunta la recepcionista.

– Juan Jose Bona.

Ella teclea mi nombre en su ordenador y, tras unos minutos, abre un cajón y me da un sobre con un número de tres cifras.

– Esa es tu habitación. – dice ella – El primer número es el piso. – aclara.

Tras agradecérselo, cojo mis maletas y subo al ascensor. “204”: segundo piso, habitación 04. Al menos estaré cerca de las escaleras y el ascensor. Aunque, pensándolo mejor, no sé si es la mejor opción.

Al llegar delante de la puerta, abro el sobre y de él saco un llavero con un par de copias de la llave de la habitación y otro llavero con el sensor para abrir la puerta de la residencia. Cuando entre en confianza con algún compañero, le daré una de las copias, por si algún día me dejo la llave dentro de la habitación.

Me paso un par de horas guardando mi ropa en el armario —que es más grande de lo que creía— y me ducho con tranquilidad. Tampoco tengo nada más que hacer. Las clases empiezan mañana y con los tuppers que me dio mi abuela, tengo comida para tres días, como mínimo.

Poco después de ponerme el pijama, tocan la puerta con energía. Abro y me encuentro con un chico y una chica que no conozco de nada —aunque claro, no conozco a nadie, en general—.

– ¡Hola! Soy Bea. – saluda la chica.

– ¡Y yo Alvaro! – se presenta el chico.

– Yo soy Juanjo. – digo – ¿Queréis pasar? – pregunto, haciéndome a un lado, ya que se han quedado en el pasillo y ellos asienten, emocionados.

– ¿Cuándo has llegado? – pregunta Bea, sorprendida, mirando mi habitación.

– Hoy, ¿por?

– Que ordenado. – dice Alvaro – Yo llegué ayer y aun me queda la mitad de cosas por sacar. – se ríe de sí mismo.

– Yo igual. – dice ella – Oye, ¿sabes que somos los únicos nuevos? 

– ¿Cómo lo sabes? – pregunto yo.

– El segundo piso es para los novatos de mitad de carrera. – dice el – En el primero van los alumnos de primero y del tercer piso para arriba están los alumnos que ya llevan más de un curso en esta uni. – me explica, al ver mi cara de “sigo sin pillarlo”.

– ¿Qué estudias? – pregunta Bea.

– Empresariales. ¿y vosotros?

– Bellas artes. – dice el.

– Magisterio. – dice ella.

– Yo me cambié de uni porque tuve problemas con un compañero y decidí irme lo más lejos posible de Sevilla. – dice Alvaro, respondiendo una pregunta aún no formulada – Básicamente, estábamos juntos, pero era un tóxico de mierda y lo deje, pero se volvió obsesivo y pedí el traslado a Madrid. – cuenta como si nada.

– Yo soy de Madrid del barrio de toda la vida, pero empecé la carrera en otra uni para alejarme un poco de mi zona de confort. – continua Bea – Este curso lo he decidido hacer aquí porque quedaban plazas libres y echaba de menos la zona.

– Yo necesitaba alejarme de mis padres. – me animo a decir, cuando veo que ellos ya han acabado de contar sus historias – Últimamente están muy pesados con lo de que soy el heredero de su empresa y todos esos royos. Así que les dije que la uni de empresariales en Madrid tenía mejor curriculum que la de Zaragoza y ni se lo pensaron dos veces en matricularme aquí.

– Mentalidad de tiburón. – bromea Bea y los tres nos empezamos a reír.

– Bueno chicos, yo me voy a la cama, que no quiero perderme el primer día. – dice Alvaro, mirando la hora en su móvil, cuando ya llevábamos un par de horas hablando de trivialidades.

– Yo tambien. – dice Bea – Buenas noches, chicos.

– Buenas noches. – decimos Alvaro y yo a la vez, antes de yo cerrar la puerta de mi habitación.

Creo que acabo de hacer dos amigos. Ya es más de lo que me esperaba de un primer día en Madrid. Ahora me falta lo más difícil: sobrevivir al primer día de clase.

******

Apago la alarma a desganas. Voy al baño a hacer mis necesidades y desayuno un poco antes de vestirme decentemente con unos zapatos de piel marrón oscuro, unos pantalones de traje gris oscuro, una camisa blanca por debajo de los pantalones y una americana del mismo color que la parte de abajo. El primer día es para impresionar. Ya tendré tiempo de ir más cómodo, lo que me queda de carrera.

Sin necesidad de preguntarle a nadie, encuentro la clase —siendo de los primeros en llegar— y me siento en primera fila —para mostrar interés a los profesores, más que nada—. Los minutos van pasando y las sillas se van llenando, pero aún quedan un sitio libre —el que està a mi lado, concretamente—, cuándo llega el profesor.

– Quien no haya entrado, tiempo ha tenido. – dice el, dejando las cosas en su mesa – Para quien no me conozca, yo soy Manuel y este curso voy a ser vuestro tutor y profesor de estudio de mercado. – dice, apuntando su correo en la pizarra – Cualquier duda con los horarios, trabajos o lo que sea, aquí tenéis mi contacto.

La puerta se abre, dejando pasar un chico de pelo despeinado, vestido con unas bambas viejas, unos tejanos anchos y desgastados y una camisa sin mangas.

– Empezamos bien, Urrutia. – ironiza Manuel – No quiero excusas. Siéntate antes de que cambie de opinión. – corta al chaval, antes de que este pueda decir nada.

El chico mira toda la sala, hasta darse cuenta que solo queda un sitio libre y se sienta a mi lado, despreocupado, dejando la mochila en el suelo.

– Atención, por favor. – pide el profesor – Sentaos donde queráis durante el curso, pero quedaos con la cara del compañero de mesa que tenéis hoy, porque os va a tocar trabajar juntos estos nueve meses. – dice – En mi clase no vais a tener exámenes, ni trabajos trimestrales, ni deberes, ni rollos de esos. Solo tendréis un trabajo para presentarme a finales de curso, así que a currarselo, por favor. – dice y unos cuantos se ríen – Solo tenemos un par de clases a la semana y muchas veces no tendremos ni eso, debido a los puentes, festivos y mierdas de esas. Aprovechad bien las horas que estemos juntos y tomar muchos apuntes, que los vais a necesitar. – dice y los mismos de antes se vuelven a reír – El trabajo en sí, es crear un empresa ficticia desde cero con vuestro compañero de mesa. Puede ser de lo que queráis: una zapatería, una empresa de seguros, un bufete de abogados, una churrería… Lo que queráis, de verdad. pero todo tiene que estar detallado al milímetro: donde será y porque, de donde sacaréis el dinero para empezar, el cálculo de ventas para sacaros beneficios… Todo. – explica, antes de darnos unos minutos para conocer a nuestro nuevo “socio”.

– Martin Urrutia. Martin sin tilde en la i. – se presenta mi compañero de mesa, ofreciéndome su mano.

– Juan Jose Bona. Pero prefiero Juanjo. – me presento yo, encajando nuestras manos.

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¡Y aqui teneis el primer capitulo!

Espero que os guste 💕

Mi "novio" - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora