7

3K 97 0
                                    

POV: Juanjo

– Estás jugando con fuego, Martin. – jadeo, cuando él empieza a mover sus caderas, haciendo roce con mi entrepierna.

– Tendremos que darles el espectáculo que están buscando, ¿o no? – pregunta en un susurro, antes de besar la marca de la mordida y yo muerdo mi labio inferior, ahogando un gemido.

– Pues bésame. – digo, sin pensar y él lo hace, juntando nuestros labios ferozmente, mientras sigue moviéndose ahí abajo.

Para compensar, paso mis manos debajo de su bañador, masajeando sus nalgas sin tela de por medio y el gime, cuando bajo mis besos a su cuello.

Sin decir nada, él se levanta y vuelve a sentarse a mi lado.

– Tus padres se acaban de ir. – dice Martin, con la respiración agitada – Parecían traumados. – dice y ambos reímos.

– ¿Vamos a la otra piscina? 

– Por favor. – dice él y no tardamos en lanzarnos de cabeza al agua fría de la piscina grande, calmando todos los calores que nos han subido antes – Siento haberme puesto tan intenso. – se disculpa, nervioso – Nunca me había liado con alguien en una piscina de burbujas. Y menos con sus padres mirándonos. El morbo me ha podido.

– Suerte que lo más “fuerte” que íbamos a hacer, era pasear de la mano y darnos algún piquito. – me río, recordando sus propias palabras.

– Ay, calla. – se ríe él, tapándose la cara – Ya suficiente vergüenza estoy pasando.

– Vergüenza, ¿de que? Si el que se frotaba como un profesional has sido tú. – le chincho, para que se ponga más rojo, si es posible.

– ¿Y tú qué? Que me has metido las manos bajo el bañador, como si nada. – me recrimina él y ambos empezamos a reír como los locos desquiciados que somos en estos momentos.

Bueno, al menos esta vez no se ha creado tensión entre nosotros. Cosa que agradezco, porque en nada tendremos que ir a cenar con mis padres.

– Por cierto. – digo, cambiando de tema y él me mira, atento, cuando llegamos a la parte menos profunda de la piscina – Se lo he contado a Bea y a Alvaro. Lo “nuestro”, digo. – me acerco a él, abrazándolo por la cintura – Aunque no les he dicho que es una actuación. – le susurro al oído y él rodea mi cuello con sus brazos, entendiendo mi jugada por si acaso mis padres nos están escuchando de alguna forma – Con lo bocazas que pueden llegar a ser, solo hace falta que se les escape algo si se encuentran a mis padres. – digo y él se ríe.

– Yo se lo he dicho a Rus y a Kiki. Ellas también son unas bocazas, aunque las quiero con toda mi alma. – me susurra, haciéndome reír por el cosquilleo de su aliento en mi cuello.

– Venga, vamos a secarnos, que seguro que falta poco para cenar. – digo, separándome de él para salir de la piscina.

******

– Está muy rico. – dice Marin, rompiendo el silencio que se formó desde que entramos al comedor.

Ambos seguimos solo en bañador —ya estamos totalmente secos—, ni siquiera nos hemos puesto las camisas. Sin duda, mi “novio” y yo nos hemos propuesto crear las situaciones más incómodas para mis padres, aunque eso también implique ponernos nerviosos nosotros.

– El chef de la familia es muy bueno. – digo yo, poniéndole la mano en la pierna, acariciando su piel con mi pulgar, aprovechando que estamos sentados de lado.

– He cocinado yo. Federico se ha quedado en Magallón, esta vez. – dice mi madre, mirándome un poco ofendida.

– Pues no me extraña que te haya salido tan bien, habiendo hecho a un hijo tan guapo. – dice Martin, poniendo también su mano en mi pierna, pero un poco más arriba de donde tengo yo la mía, y por debajo del bañador.

Mi "novio" - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora