Mi "novio" - Juantin

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POV: Martin

– Quiero más. – dice Juanjo – A la mierda los dilatadores, te quiero a ti. – dice dando media vuelta para quedar de caras conmigo y tengo que hacer uso de todo mi autocontrol para no lanzarme encima suyo.

–Aún no, amor. – digo, acariciando su mejilla, con delicadeza.

– ¿Por qué no? – pregunta, haciendo pucheros, acto que me deshace por dentro.

– Porque una sana dilatación conlleva días o incluso semanas. – digo antes de darle un corto beso – Y no quiero hacerte daño.

– Pues hazme daño, no me importa.

– Luego si que te va a importar, creeme. Ningun polvo compensa un desgarre anal y te lo digo por experiencia. – digo, jugando con su pelo – Además, tu próstata acaba de ser estimulada por primera vez. Ahora está demasiado sensible, como para seguir estimulando ahí. Y yo no es que sea precisamente “pequeño”.

– Esta bien. – resopla, poniendo los ajos en blanco – ¿Que hacemos con esto, entonces? – pregunta, señalando mi erección.

– Podrías metermela tu. – propongo, nervioso, sintiendo mis mejillas arder.

– Ah, yo no, pero tu si. – dice cómicamente, haciéndome reír – ¿Me estás diciendo que yo si la tengo pequeña? – bromea.

– Oye, yo no he dicho eso. – digo y ambos reímos – Simplemente que yo tengo más experiencia, en esto. – le doy un suave golpe en el hombro y él se ríe – Además, yo si que he estado probando los juguetes, estas dos semanas. Con que usemos lubricante, será más que suficiente.

– ¿Has estado probando los juguetes? – pregunta Juanjo, con picardía y yo asiento, con las mejillas rojas – ¿Y en qué pensabas?

– En ti. – confieso, casi en un susurro.

– ¡Claro! Por eso me enviabas mensajes, pidiéndome que no subiera. – dice, poniendome más nervioso aún.

– Callate, anda. – digo ocultando mi cara en el hueco de su cuello y él me abraza por la cintura – Si quieres follarme hazlo ya, porque estoy a punto de reventar de dolor. – confieso y él se ríe, antes de levantarse para coger un condón normal.

⚠️Aquí empieza la parte +18⚠️

Mientras, yo me estiro boca arriba y me pongo el cojín en la espalda baja.

– ¿Quieres hacerlo tú, o lo hago yo mismo? – pregunto, señalando al lubricante y los guantes.

– Quiero intentarlo yo. Pero ve guiandome, por favor, que dudo mucho que sea igual que un coño. – dice, haciéndome reír, mientras se pone un guante nuevo y ya aprovecha para quitarse el condón de plátano de antes, atándolo para que no se derrame nada.

Abro las piernas para que el tenga mejor acceso, mientras se hecha una buena cantidad de lubricante en los dedos.

– Está frío. – me avisa, antes de empezar a masajear la zona, como he hecho yo antes – Avisa cuando quieras…

– Ya. – jadeo, desesperado por sentir sus dedos.

– ¿Seguro? – pregunta y yo asiento con la cabeza – ¿Cómo es la próstata? – pregunta, mientras entra un dedo, haciéndome jadear de nuevo.

– Está… a unos cinco… centímetros… de la entrada. – consigo decir, entre jadeos – Es… como una pequeña… bola. La notaras… enseguida.

– ¿Es esto? – pregunta, presionando mi próstata de lleno, haciéndome gemir.

– ¡Tanta presión de golpe no, animal!