Ya han pasado alrededor de dos meses desde que las peques llegaron a nuestras vidas, ahora ya tienen su propia habitación, llena de juguetes, peluchitos, y aunque es un poco desastre porque la decoración (Elegida por ellas) es una mezcla un tanto curiosa que les encanta. La cosa es que solamente la utilizan para jugar puesto a que siempre terminan colandose en mi habitación, las muy canijas aman que las acueste a dormir en sus camitas, que les lea un cuento y les deje su lucesita prendida, es un poco irónico porque no pasan ni 5 minutos cuando "sigilosamente" se cuelan entre mis cobijas, tengo que volver a hacer todo el ritual para que se duerman y así, en una hora o dos me lleguen otro par de invitados.
Es maravilloso cada segundo a su lado, tener la familia completa, aunque a veces llego a sentir una ausencia y es bastante raro puesto a que con 4 hijos no me suelo sentir solo.María llegó una semana después que las peques, estoy completamente seguro de que fue amor a primera vista, apenas saludandose ya la abrazaban y le decían "abuelita" derritiendo el pobre corazón de mi nana quién no hacia más que llenarlas de besos y chucherías que trajo para todos de los sitios que por el crucero conoció, incluso ha dejado pasar muchas más cosas, es más flexible y se está convirtiendo en ese tipo de abuelas que les da dinero a escondidas, no me molesta pero me causa risa sabiendo como ha sido antes.
Aún me falta entender varias cosas de las vidas de las mellizas, poco a poco me han ido contando cómo fue el vivir con su madre pero otras veces, por más que lo intente es imposible sacarles más palabras, dejando sólo su mirada ausente lo cual siempre logra que todos quedemos con un vacío en el corazón. Sé que no puedo pretender arreglar todo en tan sólo dos meses y aunque eso me llene de impotencia lo único que puedo hacer es cuidarlas, amarlas y protegerlas de todo, incluso de sus recuerdos. Olive y Dan también están flechados con las mounstritas, parecen sus Barbies o bebés de verdad y no hay felicidad más grande en mi vida que ver a los 4 jugando, decorando la casa con sus risas, trastadas, con su amor. Son niñas bastante tranquilas, algunas travesuras pero nada fuera de lo común, aunque realmente siento que se abstienen por miedo a como pueda ser una riña o un castigo y maldigo a su progenitora cada que se esconden debajo de la mesa o de la cama cuando apenas y les estoy llamando la atención.
Lo más difícil hasta ahora fue elegir el color de su habitación, una quería lila y la otra Rosa, al final tuve que pintar una pared de cada color y la del centro blanca, que sino se iba a desatar la tercera guerra mundial, pero por lo demás no tengo nada de que quejarme, bueno, hasta hoy
- Abi, esta es la tercera vez que te digo que no te subas a lugares así, te puedes caer y hacer daño corazón
Suspire bajandola de la repisa, afortunadamente no era muy alta pero no confiaba en que este en sitios así, por otro lado estaba Alison que corría de su abuelita puesto a que el doctor les recomendó ciertas Vitaminas y no se las quiere tomar, entiendo que a ningún niño le guste ningún tipo de medicamento pero ya había regado el suyo dos veces y una de ellas "accidentalmente" se la tiro a María.
- Muy bien niñas, suficiente, estáis muy revoltosas el día de hoy, necesito que usted jovencita tome sus vitaminas
Dije señalando a Alison y luego a Abigail
- Y que usted deje de treparse a cualquier lugar que sea más alto que medio metro, como mucho. Por lo que lugares a los que te puedas trepar sólo aplica tu cama.
Dejé un besito en la frente de cada una pero no pude evitar suspirar cuando ví a Alison seguir corriendo y a Abi intentar estar encima de la mesa, coincidió que cuando Abigail estaba escalando la silla Alison intentó meterse de bajo de esta, agradezco a cada fuerza universal porque no tengo ni idea de donde saqué la agilidad para evitar que ambas se golpearan, definitivamente eso había sido suficiente, agarre a cada una y les deje una palmada sobre el vestido que traían, la verdad fue bastante leve, más que todo por el susto, Abigail se hubiese caído y Alison se habría golpeado la cabeza, fue una advertencia pero el llanto que eso provocó fue totalmente desproporcional, solamente a mi se me ocurría soltarles palmadas sabiendo que apenas las regaño ellas están escondiéndose, me sentí impotente conmigo mismo, la Sala no se tardo en llenarse de gritos de ellas, alejandose de mi, no sé si me dolió ver más sus ojitos de temor, de tristeza o a Ali tratando de poner a su hermanita detrás, protegiendola de ¿mi?
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Las 9 promesas de un Monroe
RandomMarco Monroe nunca quiso ser padre, quizá por el mal ejemplo del suyo y su miedo a repetirlo, quizá porque quería una vida sin restricciones ni tapujos, quería ser libre y no tener que pensar en niños o en que está llegando tarde a casa para hacer l...