funeral

189 11 9
                                    

ADVERTENCIA: EN ESTE CAPÍTULO SE HACEN REFERENCIAS A ABUSOS SEXUALES

La casa de mis padres no quedaba demasiado lejos, vivían a las afueras de la ciudad así que como mucho nos demoraremos dos horas, empaque dos mudas de ropa, una para Dani y otra para mi, dos pijamas, las cosas de aseo y uno que otro juego para que se entretenga mi bicho. La verdad espero no tener que quedarme pero sabiendo que el velorio es hoy y el entierro mañana supongo que lo haré.Preparé el auto y le ayudé a Maria con la maleta de ella, se notaba que había llorado pero no podían salir de mi palabras de consuelo, generalmente cuando alguien se muere sueles decir que era una gran persona, que sentías su muerte o para los creyentes que iba a ir al cielo, pero ella no era una gran persona, no sentía su muerte y de haber un infierno entonces se iría allá.

Me límite a abrazarla y recordarle lo mucho que Daniel y yo la queríamos, lo indispensable que era en nuestras vidas. Después de eso subí a despertar a mi bello durmiente, Acaricie suavemente su cabello hasta que se quejó bajito, sonreí y besé su frente

- Tenemos que irnos príncipe, en el auto duermes otro ratito, anda, ya está abajo todo preparado

Se estiró sin mucho ánimo para después taparse con la cobija, en lugar de lagartija debería de llamarlo osito en hibernación, logré sacarle las cobijas pero me miró con un corto puchero

- Si me llevas a caballito me despierto, sino es que estoy hablando dormido

Tenía morro el muchachito, después de despertarlo un poco más con algunas cosquillas lo bajé a caballito como él había pedido, mientras iba gritando "Arre caballito, ¡Yee-haw!" así llegamos hasta el auto y le acomodé una almohada y una cobijita en la parte trasera, como iría sólo ahí se podía acostar, María iba de copiloto a mi lado y yo empecé a conducir. Como dije antes, no tardamos mucho, en una hora y cuarto estábamos frente al gran e imponente portón, mi corazón estaba en una especie de taquicardia, hace años que no estaba aquí, podía ver como si fuese una ilusión a mi yo de pequeño gritando en el césped , suplicando a mi padre que dejará de patearme, cuando salía corriendo despavorido, con la ilusión de que alguien me salvará pero hasta mis 10 años, eso nunca pasó.

Daniel estaba emocionado a pesar de todo, igualmente él no sabía la familia que le había tocado, yo no quería matarle la ilusión pero igualmente iba a terminar por el piso apenas viera a mi padre así que toque la puerta, deseando que esto termine lo más rápido posible, cuando abrió ambos nos quedamos tensos y entonces mi pequeño se tiró a abrazarlo presentándose como su Nieto y diciendo que aunque no se habían conocido antes ya lo quería mucho. Mi padre tendría que escoger muy bien sus palabras si no quería que el funeral fuera de dos.

- Imagino que este de aquí es el bastardo, vaya Mari...

Lo miré con furia, la nona atrapó a Daniel en sus brazos y no dejé que terminará esa oración

- No te atrevas a terminar eso, mi hijo no es ningún bastardo, en todo caso el único de esos aquí eres tú, él simplemente creyó que no tendría un hijo de puta como abuelo.

Mi piel se erizó al escuchar su gruñido, sentía que volvía a convertirme en la presa de mi antiguo depredador, María intervino a tiempo diciendo que esto era un velorio y debíamos respetarlo, cuando voltee a ver a la sanguijuela estaba con los ojitos aguados, él tenía un corazón demasiado bonito para este mundo, demasiado puro para alguien tan podrido como mi padre. Lo abracé acariciando su espalda para después agacharme y quedar un poco más a su altura

- No te sientas mal cielo, él es así con todo el mundo, no vale la pena

POV DANIEL

Las 9 promesas de un MonroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora