XVI

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El Duque inclinó el aparato hacia la nube de arena escupida por el tractor de factoría

—¿Qué es lo que ocurre ahora?—preguntó—

—Hay un ala de acarreo por algún lugar cerca de aquí —dijo Kynes—

Acudirá y se llevará el tractor

—¿Y si el ala se averiase?
—preguntó Halleck—

—Algún equipo se pierde
—dijo Kynes— Acerquense un poco por encima del tractor, mi Señor; encontrará el espectáculo interesante

El Duque frunció el ceño, dominando fuertemente los controles mientras entraban en la zona de turbulencia sobre el tractor

Los mellizos miraron hacia abajo, viendo la arena que seguía siendo expulsada por aquel monstruo de metal y plástico a sus pies, tenía la apariencia de un enorme coleóptero azul y marrón cuyas múltiples patas se agitaban mecánicamente a su alrededor, vio una gigantesca trompa en la parte anterior, hundiéndose en la oscura arena

—Un terreno rico en especia, a juzgar por el color —dijo Kynes— Van a seguir trabajando hasta el último minuto

El Duque aumentó el movimiento de las alas, tensándolas para hacer dar un giro al aparato y estabilizarlo a baja altura en círculos concéntricos alrededor del tractor, observó a derecha e izquierda, viendo que la escolta giraba sobre ellos, manteniendo sus posiciones

Alicee tocó el hombro de su hermano para que mirase la amarillenta nube que era eructada por los orificios del tractor y miraron hacia el desierto, donde se aproximaban las señales del gusano

—¿No deberíamos oírles llamar al ala?—preguntó Halleck—

—Normalmente, el ala está en otra frecuencia distinta —dijo Kynes—

—¿No debería haber dos alas a disposición de cada tractor? —preguntó el Duque—Hay veintiséis hombres en esa máquina, sin contar el coste del equipo

—Usted no tiene aún suficiente expe...

Se interrumpió a Kynes al oír una voz enfurecida estallando en el altoparlante

—¿Ninguno de nosotros ve el ala?, no responde...

Hubo un torrente de chasquidos y de descargas, y luego resonó una señal de emergencia, un instante de silencio, y luego la misma voz de antes

—¡Informen por orden de número!, cambio

—Aquí Control de Rastreo, la última vez que vi el ala estaba muy alta y volaba hacia el noroeste, ya no la veo, cambio

—Rastreador uno: negativo, Cambio

—Rastreador dos: negativo, Cambio

—Rastreador tres: negativo Cambio

El Duque miró hacia abajo, la sombra de su aparato pasaba en aquel momento justo por encima del tractor

—Sólo hay cuatro rastreadores, ¿es correcto?

—Correcto—respondió Kynes—

—Nosotros disponemos en total de cinco aparatos—dijo el Duque—Son grandes, podemos cargar tres personas más en cada uno de ellos,sus rastreadores deberían poder cargar un par más cada uno

—Quedan todavía tres—interrumpió Paul—

—¿Por qué no hay dos alas de acarreo por cada tractor?—gruñó el Duque—

—Sabe que no disponemos de equipo extra—dijo Kynes—¡Razón de más para proteger el que tenemos!

—¿Dónde puede haber ido a parar esa ala?—preguntó Halleck—

—Quizá se ha visto obligada a aterrizar en algún lado fuera de nuestro campo de visión—respondió Kynes—

El Duque tomó el micrófono y vaciló, con el pulgar apoyado en el interruptor

—¿Cómo es posible que los rastreadores hayan podido perder de vista un ala
de acarreo?

—Concentran toda su atención en el terreno, buscando señales de gusano —mencionó Kynes—

El Duque pulsó el contacto y habló a través del micrófono

—Aquí su Duque, estamos descendiendo para tomar con nosotros el grupo de extracción Delta Ajax nueve, todos los rastreadores tienen orden de hacer otro tanto, los rastreadores descenderán en el lado este, nosotros lo haremos en el oeste, cambio

Leto cambió el micrófono a su frecuencia personal y repitió la orden para su escolta aérea, luego pasó el micrófono a Kynes

Kynes volvió a la frecuencia del equipo de trabajo, y una voz atronó en el altoparlante

—¡Una carga casi completa de especia!,¡Tenemos una carga casi completa!,¡No podemos abandonarla por un maldito gusano!, cambio

—¡Al diablo la especia!
—gruñó el Duque y tomó nuevamente el micrófono para lanzarlo violentamente a las manos de Kynes murmurar un —Lo siento

Kynes se llevaba a la boca un dedo contuso

—¿Cuánto tiempo tenemos? —preguntó Paul—

—Nueve minutos —dijo
Kynes—

—Este aparato es más potente que los otros —dijo el Duque—Si despegamos con los chorros y las alas a tres cuartos, podríamos meter a otro hombre más

—La arena es blanda
—interrumpió Kynes—

—Con una sobrecarga de cuatro hombres, corremos el riesgo de romper las alas despegando con los chorros, Señor —dijo Halleck—

—No con este aparato

Dijo el Duque y accionó de nuevo los mandos, mientras la máquina planeaba por encima del tractor.Las alas se alzaron, frenando al aparato que, tras un último planeo, fue a posarse a una veintena de metros del tractor

Inmediatamente, sus olfatos fueron asaltados por el olor a canela, denso y penetrante

La especia...¿O será también el intenso aroma del gusano que se acerca? —pensó Alicee para si misma—

Con un sonoro batir de alas, los rastreadores planearon sobre la arena, al otro lado del tractor, la escolta del Duque descendió a su vez en picado, junto a ellos

Alicee acercó su rostro a la ventana y miró a la enorme mole del tractor, junto a la cual los tópteros parecían
minúsculos mosquitos al lado de un monstruoso escarabajo

—Gurney, tú y Paul saquen fuera los asientos posteriores —ordenó el Duque—

Este plegó manualmente las alas a tres cuartos, les dio el ángulo preciso, y revisó los controles de los chorros

—¿Por qué diablos no salen aún de esa máquina?—gruñó el Duque—

—Aún esperan que llegue el ala de acarreo —dijo Kynes
—Todavía les quedan unos cuantos minutos —Miró al desierto, hacia el este—

Todos volvieron la vista en la misma dirección, sin ver ninguna señal del gusano, pero el aire estaba cargado de ansiedad

El Duque tomó el micrófono y pasó a su frecuencia de órdenes

—Dos de ustedes despréndanse de sus generadores del escudo, por orden de número así podrán cargar a otro hombre, no vamos a dejar ningún hombre a ese monstruo

𝓣𝓱𝓮 𝓬𝓱𝓸𝓼𝓮𝓷 𝓸𝓷𝓮𝓼 (⊃∪∩⪽)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora