𝓣𝓱𝓮 𝓬𝓱𝓸𝓼𝓮𝓷 𝓸𝓷𝓮𝓼 (⊃∪∩⪽)

XVIII

En el comedor de la gran casa de Arrakeen, las lámparas a suspensor estaban encendidas para combatir la creciente oscuridad, su amarillenta claridad iluminaba la negra cabeza de toro de ensangrentados cuernos, y se reflejaba en el oscuro retrato al óleo del Viejo Duque

Bajo los talismanes parecía brillar con los reflejos de la platería de los Atreides, dispuesta en perfecto orden a lo largo de la enorme mesa… pequeños archipiélagos de vajilla junto a las copas de cristal, ante las sillas de madera tallada, el clásico candelabro central estaba apagado, y su cadena se perdía en las sombras del techo, donde estaba disimulado el mecanismo del detector de venenos

—Ya les dije que estoy bien

Alicee señaló con sus dedos y  una mueca en su rostro al ser inspeccionada rigurosamente por el doctor Yueh

—Solo fue un poco de especia —la chica se removió en el frío pero suave sofá de Jacquard—

—Es mejor prevenir Alicee
—respondió Jessica —Te dije que sería peligroso ir con tu padre a esa expedición, me desobedeciste

La chica no dijo nada, el doctor Yueh tocó la frente de la chica buscando cualquier señal de malestar o intoxicación

—Todo está bien, al parecer simplemente fue una pequeña reacción alérgica—Yueh se alejó de la chica —Que siga tomando las píldoras que les di antes de venir aquí, son ricas en vitaminas y minerales para su cuerpo

—Jessica suspiró aliviada—
—Gracias Doctor Yueh...se lo agradecemos

Yueh se retiró de la habitación, Paul le dió un saludo con su cabeza mientras se adentraba a la habitación de su hermana

—¿Entonces?,¿Va a morir?
—preguntó Paul con algo de burla—

—Solo fue algo de alergia, nada grave —respondió Jessica—

—Se los dije —Alicee se levantó del sofá y tomó un libro de la estanteria para volver a sentarse—

—¿No vas a arreglarte para la cena que tendrá tu padre?
—preguntó Jessica—

Alicee negó con su cabeza

—Es importante para nuestro padre Alicee, debes estar ahí —interrumpió Paul—

—Será lo mismo de siempre, personas que solo vienen por hipocresía o por órdenes del emperador —Alicee levantó una de sus manos para responder, sin mirar a su hermano y su madre—

—Esta bien...yo...le diré a tu padre que te sentiste un poco mal y era mejor quedarte aquí descansando —dijo Jessica mientras acariciaba levemente el hombro de Alicee—

Jessica salió de la habitación dándole el mismo gesto a su hijo, cerró la puerta dejándoles a solas

—Valla al parecer hay un progreso con mamá, ya no eres tan caprichosa —Paul se sentó en uno de los reposa brazos del sillón—

—Alicee dejó el libro y miró a su hermano —Ví algo —Envió un mensaje a su hermano con un sutil movimiento de dedos sin quitarle la mirada—

—¿Y que fue?

—Bueno...fue un comentario de mal gusto del planetólogo...como...si hubiera leído su mente

—¿Y que fue lo que dijo?

—Lo recuerdo muy bien, dijo ¿Que espera este invasor repleto de agua?,¿Me cree tan estúpido para ponerme a su servicio?, Pensé que lo había imaginado, hasta que se dió cuenta que lo estaba mirando y frunció el ceño como siempre

Paul no dijo nada, simplemente permaneció callado...pensando por algunos minutos y Respondió

—Aun no sabemos cómo es Kynes, Alicee, pero debemos tener cuidado con las personas de aquí, eso lo sé muy bien —pausó por un momento para después preguntar—¿Recuerdas que comenzaste a mirar también mis sueños?

Alicee asíntió con su cabeza

—Creo que de alguna forma u otra por ser hijos de una Bene Gesserit y siendo en si mellizos, estamos conectados quizá en mente o espiritualmente, no lo sé...es muy probable

—Por alguna razón tengo el presentimiento de que algo va a pasar —respondió Alicee—

En el Gran Salón, Dama Jessica era el centro de un abigarrado grupo frente a la chimenea, un gran fuego crepitaba en ella, dando una luminosidad de reflejos anaranjados a los brocados y las ricas telas y las joyas

A mayor parte de las demás mujeres de la sala parecían pertenecer a un tipo muy específico, decorativas, perfectas hasta el mínimo detalle, una extraña mezcla de virtud intocable y de sensualidad

Paul y Alicee estaban en un rincón, rodeados de un grupo de ávidos jóvenes pertenecientes a las más ricas familias de Arrakeen, a poca distancias de ellos había tres oficiales de las Tropas de la Casa

Alicee tenía una mirada de aburrimiento y seriedad con los chicos de su edad, la chica miró a su hermano para él sería un rico botín de caza para un heredero ducal, pero Paul las trataba a todas por igual, con una noble reserva, la chica agradecía en ese momento ser muda

Alicee vio a su padre en el umbral, y evitó su mirada, miró hacia el grupo de los invitados, manos enjoyadas sosteniendo los vasos (y la discreta inspección de
los detectores de veneno disimulados en cualquier objeto).Viendo aquellas bocas incansables, Alicee sintió un repentino desánimo, no eran más que máscaras baratas aplicadas sobre pensamientos infectos, voces chillonas que se alzaban para intentar dominar el profundo silencio que reinaba en sus pechos

"Estoy de mal humor"
pensó Alicee, y se preguntó qué hubiera dicho su padre o incluso su madre al respecto

La chica conocía el origen de aquel malhumor, no hubiera querido participar en aquella recepción, pero su padre había sido firme "Tienes un rango, una posición que defender"

—Vamos, es hora de la cena

Paul sacó de sus pensamientos a su hermana, está lo miró algunos segundos hasta que volvió en si

—Ah...si...—respondió Alicee con algo de trance en el movimiento de sus dedos y en su mirada—

—¿Estas bien?

—Si...si, estoy...bien —le respondió con un sutil movimiento de dedos y le mostró una pequeña sonrisa a labios cerrados—

Entraron en el comedor, y Alicee se soltó del brazo de su hermano, Paul la ayudó a sentarse para después dirigirse hacia su extremo de la mesa, un lacayo estaba de pie detrás de su silla

Los demás invitados se sentaron con un ruido de roce de tejidos y rumor de seda arrugándose, pero el Duque permaneció de pie, hizo un gesto con la mano, y los soldados de la casa con uniforme de lacayos alrededor de la mesa dieron un paso atrás y se cuadraron, la estancia se sumergió en un inquieto silencio