Caminos encontrados.

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Las mañanas se convertían en noches, las noches se hacían eternas. El silencio en la habitación alimentaba la soledad que su corazón era víctima.

-Duele...

En un hilo de voz el susurro de Zenitzu se perdió entre la oscuridad de la madrugada. Detras de los rayos de luz que luna, las lagrimas de un niño mojaban la sabana de una cama de hospital.

-Abuelo....duele.., duele mucho.. Kaigaku, hermano ¿Dónde están?.... ¿Por que no regresan....? Mís oídos duelen demasiado...

Aquel zumbido que atormenban sus oídos inquietan la tranqulidad en su interior. Sintiéndose incapaz de soportar el dolor en ellos, sus piernas se sentaron al borde de la cama. Tomando las fuerzas que su cuerpo le permitía cubrio con fuerza sus oídos, sus ojos se perdían en cada rincón de la habitación en busca de el causante de ese ruido, pero sus ojos no mirarón nada, la oscuridad era lo único que lo acompañaba.

-Duele...duele mucho , abuelo....ven, por favor.

El dolor físico dolía, pero posiblemente la soledad que su alma sentia, la ausencia de sus queridos en un momento tan difícil dolía más que nada.  Sus lagrimas resbalaban sin detenerse, sus labios murmuraban el dolor que su cuerpo manifestaba, la voz de su corazón en busca de una fuerza que le permitiera aferrarse no existía.  La puerta de la habitación por fín se abrió, cuando penso que ese dolor físico lo tendría que soportar sus ojos mirarón a la dirección de la persona que habia abierto la puerta.

- Duele....!

El eterno llanto que sus ojos ilustraban miraron con desesperación los ojos de la  enfermera. Ser presa de una mirada tan triste por un pequeño de 7 años le partió el corazón, con rápidez sus piernas se movieron en busca de Zenitzu. 

-¡Zenitzu!

- Duele...., duele mucho...!

-Tranquilo, todo va a estar bien! Dime, que es lo que duele? ¿Tus oídos duelen?!

-Enfermera....estoy asustado....¿Por qué duele tanto?! Que es lo que tengo ?! ¡¿Me voy a morir?! .....

-Tranquilo, todo va a estar bien. Ya estoy aquí, todo pasará.

-¡Enfermera tengo mucho miedo!

-¡Tranquilizate, todo va a estar a bien. Antes que nada, vas a tener que ayudarme ¿Está bien? Primero debes respirar profundo.

Las lagrimas de Zenitizu en ningún momento dejaron de cesar, la desesperación en su voz y el miedo pintado en sus ojos provocaron un nudo en su garganta. Un niño de 7 años en una cama de hospital, un niño al cuál su familia no lo había visitado durante 3 semanas seguidas, un niño que merecía llevar una infancia normal. Alguien que debía estar jugando como cualquier otro, alguien que tenía que estar haciendo travesuras, un niño que tenía que estar aprendiendo en la escuela, un niño que tenía  que aprender como sumar o restar, alguien que en lugar de eso tenía que aprender como sobrellevar los dolores tan intensos que su cuerpo manifestaba, un niño que tenía que aferrarse a la vida, un niño que estaba sentenciado a vivir toda su vida con medicamantentos.

Aquella madrugada llegó a su fin, las llamadas que jamas fueron atendidas llegaron a su fin. La mañana llegó, los rayos del sol calentaron sus mejillas.

-¿Ya amaneció?....

Una nueva mañana comenzó, las personas dicen que cada mañana es un nuevo comienzo, una oportunidad para empezar de cero, pero en su caso existía una mañana donde él sol no se asomaba. Como de costumbre su cabeza daba vueltas, sólo por esa mañana su pijama no estaba cubierta de sangre eso era un avance, sus oídos dolían levemente..

Amor En La Escuela Kimetsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora