Las flores de cerezo caen.

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La primavera habia llegado y los árboles de cerezo habían florecido más que todos los años. La llegada de un nuevo año para Zenitzu era lo más grandioso pues cada primavera podia mirar florecer los pétalos de cerezo pero esa primavera sin saberlo sería la primera que él no podría mirar como todos los años.

Las lagrimas del abuelo no dejaban de caer y en ese momento lo único que podía hacer Kaigaku era sostener a su abuelo para que no cayera al suelo.

-¡Zenitzu!

-!Abuelo necesito que te calmes! ¡Él estará bien!

-¡Necesito que guarden la calma!

-Enfermera ¿Mi hermano estará bien verdad?

Dejando al abuelo por un momento Kaigaku se acercó a la enfermera tomandola de muñeca. Ella al mirarlo solo se encontró con unos ojos que estaban al borde del llanto, un pequeño niño que daba su mejor esfuerzo por ser fuerte y ayudar a su abuelo.

-Eso....

Ante el titubeo de la enfermera Kaigaku la solto poco a poco ¿Acaso su hermano no volvería a molestarlo como siempre lo hacia? ¿No volvería a verlo jugar con sus carritos de juguete?

-¿Él no volverá.....?- Murmuró.

Ante ese dolor que él hacía un esfuerzo por controlar la enfermera estaba apunto de hablar pero sus compañeras gritarón.

-¡A un lado!

Las enfermeras corrían entre los pasillos trayendo esto y aquello. Pero sin duda lo que más traumó la mente de un niño de 10 años fue escuchar las ruedas de la camilla correr apresuradamente entre ese largo pasillo.

-¡Preparen todo el equipo!- Con un tono de voz severo Exclamo el médico.

-¡El se pondrá bien verdad doctor?- Pregunto Kaigaku conteniendo las lagrimas.

-¡A un lado niño, tenemos que actuar rápido o este pequeño se irá!

Quitándolo del camino e ignorando sus desesperadas preguntas el doctor siguio de largo dejando solo aquellas dos personas.

-¡Zenitzu!- Gritó el abuelo con dolor.

El anciano sin poder hacer mucho comenzo a llorar sin esfuerzo alguno ¿Cómo es que ese día habia cambiado tanto de la noche a la mañana? Kaigaku sabia que por más que lo deseaba no podía aliviar el dolor de su abuelo en lo más mínimo asi que sólo se limitó a quedarse en medio del pasillo.

-¡Por favor necesito que me firmen algunos documentos para operar de urgencias al niño!- Exclamó la enfermera.

El anciano aun con las pocas fuerzas que tenían se levantó y Kaigaku sin saber que hacer sintiendose completamente inútil ante esa situación se quedo detrás de la espalda del abuelo.

-¿Cómo es posible que haces unas horas Zenitzu sonreía tan felizmente y ahora se encuentre en el hospital? En una sala de operaciones de alto riesgo en donde ni quiera el doctor me garantiza que saldrá con vida.

-Abuelo lo siento....

- No te disculpes Kaigaku, tú no tuviste la culpa de nada. Absolutamente nada, el único culpable aqui sería yo. Si Zenitzu no salé con vida de esa cirugía yo....

Y sin poder decir algo más Kaigaku abrazo a su abuelo.

-¡Nadie tiene la culpa Abuelo, nadie ni siquiera el idiota llorón! ¡Debe salir con vida!

La vida habia sido tan injusta con él, primero sus dos hijos murieron quedándose a cargo de sus niestos y ahora su nieto de tan solo 7 años se encontraba en la sala de cirugías.

Amor En La Escuela Kimetsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora