°•Dulce solo conmigo [LIZKOOK] •°

20.♡

🌷LISA🌷

- Pero entonces, ¿Baek y tú ya no están juntos?- preguntó Rose mientras enredaba mi pelo en una trenza.

- No - dije enseguida.

- Me alegro, no me gustaba vuestra relación - dijo Jennie sin rodeos.

- Jendukie, ¿Podrías haberte cortado un poquito, no?- dijo Rose riéndose.

- ¿Qué?, es la verdad, además... Lisa, tu pegas con otra persona...-dijo sonriente.

- ¿Con quién?- dijimos Rose y yo a la vez.

- Uhm... Se me ha olvidado...- dijo evadiendo la pregunta.

- ¡Jennie!- le exigimos las dos

Ella se rió.

- Con Jungkook.

Entonces todas quedamos en silencio.

No sabía qué decir... Además, no les conté nada sobre lo de que en la noche de aquella fiesta lo besé...

Entonces Rose comenzó a reírse.

- Estás de coña - dijo volviendo a reírse. - los dos se llevan como el gato y el perro

- es así Rose... Pero del amor al odio hay solo un paso - dijo para guiñarnos el ojo.

No sabía qué decir.

- Yah, no digáis tonterías... Ahora mismo no estoy interesada en chicos... además,.... no me conviene, voy a volver a Tailandia...

- ¡Aay Lili, no nos lo recuerdes!- dijeron las dos apenadas.

- Os hechare de menos chicas...- dije abrazándolas.

Ellas habían sido mis únicas amigas de verdad en mi vida. Todas las demás amigas que tenía en Tailandia solo eran mis amigas por interés.

Realmente las iba a hechar de menos...

(...)

🔷JUNGKOOK🔷

- ¡Joder Jimin, llévate el puto oro de una vez, nos van a pillar!- grité mientras mantenía la pesada puerta cerrada a mis espaldas.

- ¡Voy!- dijo para abrir la ventana rompiéndola con un lingote de oro.

Y después saltó hábilmente por la ventana con la bolsa.

Entonces yo solté la puerta, y comencé a correr hacia la ventana.

- ¡Rápido Jungkook, Tae nos está esperando con el auto!

Corrí lo más rápido que pude, y me sujeté del brazo de Jimin para salir de la ventana.

Pero, un matón me sujetó de los pies, y me arrastró de nuevo hacia dentro.

Me tiró al suelo, e intentó golpearme.

En un movimiento rápido, cogí mi espada.

Eramos yo, y tres matones.

Está no era mi primera vez en una situación así.

Esto sería pan comido.

El primer matón se me acercó, y aplicando una llave especial, lo tomé por el brazo, le di un giro, y al tener su espalda en mi pecho, lo degollé.

Gritó de dolor, y cayó al suelo.

El segundo matón me tomó por la espalda, pero yo lo estampé contra la dura pared, y éste cayó al suelo adolorido.

Jimin, que estaba en la ventana, cogió un pedrusco, y se lo estampó en la cara.

El hombre gritó de dolor, y se quedó inconsciente en el suelo.