Spring [Jinx]

❁ XI ❁

A partir de aquí ya volvemos solo a la perspectiva de Dan ^^

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Mentiría si dijera que aún me reconocía, mi cuerpo, mi mente simplemente ya no era lo mismo, el experimento finalmente había dado frutos y por supuesto fui de los primeros en dar resultados. Y claro, con el que pusieron en marcha el resto del plan.

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Aún traía secuelas de lo de ayer, cualquier aroma erizaba mi cuerpo, aún no me hacía a la idea de que ser beta había quedado en el pasado, mi cuerpo lo resintió por semanas en las que tuve fiebre, dolor en todo el cuerpo, cabeza, vientre. Al menos agradecía que jamás me tocaran de forma despectiva, siempre mantuvieron su enfoque en el proyecto.

Hacía unos días que me habían cambiado de habitación y ahora estaba solo, no sabía nada de los demás. Se abrió la puerta y un par de alfas corpulentos entraron, ya era rutina. El aroma a tabaco predominaba en uno de ellos y el otro era bastante tenue aún no los identificaba con precisión. ¿Cómo sería el aroma de Jaekyung?
Los seguí hasta el laboratorio era más amplio que el anterior, tomé asiento, estaban satisfechos de que ya no tuvieran que decirme que hacer. Me resigné cuando entró la primavera, ya casi un año y la esperanza de que me encontraran se fue esfumando, junto con los recuerdos que tenía de Jaekyung, cada que me planteaba perdonar los hechos sus palabras regresaban con el mismo impacto, aunque sólo generaban tristeza, la ira ya se había ido.

—Buen trabajo, seguro darán una generosa cantidad por ti —llegó el médico con mi expediente en manos—. Tu útero es pequeño, pero si seguimos con el tratamiento seguro se expande.

Cierto, ahora podía concebir, tal como quería Jaekyung, tal vez en el pasado estaría rebosante de alegría por poder ofrecerle una familia, ahora sólo sentía asco, habían hecho tanto con mi cuerpo que la mera idea de concebir era repugnante. Una pequeña sustancia podía provocar tanto.

—Aún hay fallas con tu celo, los supresores no surten efecto y sigue siendo irregular... —dejó los papeles a un lado— tenemos que perfeccionar eso.

Un aroma fuerte e imponente me golpeó, mi cuerpo no tardó en reaccionar, el calor subió con rapidez y empecé a temblar, mi juicio se nubló casi de inmediato. No tenía ni idea de que el celo de los omegas fuera así de fuerte o tal vez era porque mi cuerpo tenía aún la memoria de ser beta, era un shock mental y físico. Regresó con varias jeringas mientras se apresuraban a desnudarme el roce de las ropas era una tortura temblaba con la más mínima corriente de aire.

—Tu lubricación es considerable.

No hacía falta que lo dijera, podía sentir la humedad entre mis piernas, me volvieron a acomodar en la silla y temblé ante lo frío del cuero.

—Tu aroma resulta agradable y atractivo, tu temperatura roza los límites y tú frecuencia cardiaca es de cien, algo elevada, pero no para preocuparse.

Hablaba orgulloso de su creación, deseaba golpearlo, pero apenas y podía moverme, preparó las jeringas y me preparé mentalmente.

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—La subasta es mañana y me dices que aún no tienes el supresor listo, ¿crees que esto es un juego? —le preguntó al doctor quien yacía arrodillado a sus pies.

—¡Hemos probado de todo, pero no muestra algún avance! —se inclinó sujetando sus pies— por favor, no me mate.

—Imbécil, maldita la hora en que te contrate —me pareció ver un diente volar al suelo—, en cuanto a ti —me enderece cuando su vista reparó en mi presencia—. El supresor está de más, supongo que quien te compre querrá aprovechar tu celo, así será tu vida de ahora en adelante, dejar que te follen y darles hijos, así que prepárate porque esto apenas empieza.