Parte 20 - Territorio Elfo

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Los ojos de Siro y el gobernante de los elfos se cruzaron por unos segundos cuando quedaron cerca de su trono, pero este último lo ignoro y miro a Fen — Gran espíritu le doy la bienvenida a la gran ciudad de Aeloria, yo soy III, actual gobernante de esta ciudad, a mi lado me acompañan mis dos esposas, ¿Cuál es su nombre gran espíritu?

— Mi nombre es Fen, y mi ancla es Siro, gracias por la bienvenida.

— Para ser sinceró el ancla que elegio me parece repugnante, quiere que lo matemos y se ancle usted en uno de nosotros como en el pasado.

— Si hace eso sería una falta de respeto hacia mí, además para ser sinceró solo quiero estar anclado a él, si muere yo volveré a mi mundo sin anclarme a nadie más.

— Entiendo, espero que mis palabras no le parezcan rudas, por suerte su ancla no entiende mi idioma.

— En realidad señor Silvermoon — Todos comenzaron a murmurar, un goblin estaba hablando su lengua con claridad — Yo hablo y entiendo cualquier idioma.

Fue la primera vez desde esa conferencia que el gobernante de los elfos mostraba una verdadera expresión, y era de sorpresa — No me sorprende que el ancla de un espíritu sea un ser culto — Intento disimular su sorpresa, y continúo hablando — Desde hoy declaro que el gran espíritu Fen y su ancla son libres para moverse en mis tierras, y yo como gobernante le daré el mayor apoyo posible en sus futuros proyectos — Se escucharon muchos mormullos luego de esas palabras, muchos de los presentes deseaban ser el ancla del espíritu, y esperaban la muerte de Siro, sin mencionar que un grupo de goblins se muevan en sus tierras era algo sin precedente.

Siro comenzó hablar con formalidad, el no venía a buscar enemistad con los elfos, todo lo contrario — Le agradezco que nos dé la oportunidad de movernos libremente, le aseguro que no se arrepentirá, solo quiero aprender de la cultura élfica y de la guerra que sé que libran en sus fronteras.

— Siempre es bueno contar con ayuda en las guerras fronterizas, siempre se necesitan soldados, aunque no me gustaría poner en peligro al ancla de un espíritu, no le gustaría estudiar estrategia.

— Le agradezco, pero prefiero aprender estrategia mientras que lucho en el frente.

Silvermoon no quería perder el ancla de un espíritu, aunque sea un goblin, sabía que se correría la voz que un espíritu estaba de su lado, esto aumentaría la morar de las tropas y aumentaría la posibilidad de ganar la guerra — Veo que tiene el corazón de un guerrero, pero para que yo me quede tranquilo que este protegido le daré un pelotón de cien hombres para que lo maneje a su disposición.

— Se lo agradezco, pero no pienso entrar en batalla inmediatamente.

— Tómese el tiempo que desee, además lo nombrare comandante de la ciudad de Aeloria, de esta forma se moverá libremente en las zonas fronterizas — A nombrarlo comandante se aseguraba que el ancla del espíritu usaría el estandarte de su ciudad, y el ganaría prestigio con los ancianos.

— Está siendo muy amable se lo agradezco — Se imaginaba que el gobernador de esta ciudad ganaría algo, pero a él no le importaba, mientras pueda aprender de la guerra y reclutar a otras razas.

Luego de la entrevista con el gobernante fueron invitados a un banquete esa misma noche, era para celebrar la vuelta de un espíritu después de tantos años, aunque Siro estuvo muy incómodo, todo se le acercaban a hablar, pero solo era una excusa para poder reverenciar a Fen y cruzar unas palabras con este.

El banquete estaba lleno de platos llamativos y sabrosos, Siro quería probar todo ese alimento, pero le era imposible con la cantidad de elfos que se le acercaron, aunque sus acompañantes comieron de todo, después de un mes de comer carne seca se sintieron en el paraíso.

Rey Goblin y Sus EsclavasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora