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MARZO, 2021
Montevideo, Uruguay.

Lucia

Aprovechando que aun me quedaban unos días antes de que comenzaran a pulir los últimos detalles para empezar la grabación. Mientras esperaba las cajas de mis nuevos muebles, mis pertenencias aún seguían empacadas, sin un lugar donde acomodarlas a falta de muebles. La espera se hacía larga, pasaban ya de las 3 de la tarde, el camión prometía llegar a las 12 de la tarde, había estado esperando ya tres largas horas, me desesperé tanto que decidí darme un tiempo para explorar la ciudad y familiarizarme con mi nuevo entorno.

Decidida a explorar cada rincón de la ciudad, me lancé a las calles con los ojos llenos de curiosidad, el ajetreo de la vida cotidiana me envolvía, con vendedores ambulantes ofreciendo sus productos con entusiasmo y las personas moviéndose de un lado a otro con tanta normalidad, inmersos en sus propios pensamientos. Todo se desplegaba ante mis ojos con su encanto característico, sus calles empedradas y sus edificios antiguos que tenían ese aire de misterio que me atrapó al instante, era como si cada rincón guardara un pedacito de historia, invitándome a descubrir aquellos secretos que escondían.

Caminaba sin rumbo fijo, dejándome llevar por mis propios pies, pase por plazas llenas de árboles, bancos de piedra en donde los ancianos se reunían para jugar cartas y los niños correteaban libremente, mientras caminaba el aroma de café recién hecho llegó a mi, entré e inmediatamente sentí ese ambiente tan lindo, donde la vida y la alegría fluían en cada conversación, contagiándome de esa alegría, pedí un latte helado, amaría una taza de cafe en estos momentos pero hace demasiado calor.

Con mi café en mano y una gran sonrisa, salí de la cafetería──ahora que haré...── pensé en voz baja, mirando a todo mi alrededor, fue enconces cuando lo vi, un chico de mirada penetrante, cabello alborotado por el viento y una pequeña sonrisa en los labios, nuestros ojos se encontraron por un instante, al mirarme su mirada se frunció un poco, pero lo ignoré al tener esa belleza enfrente mío, en ese breve intercambio de miradas, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

Sin duda, los chicos de Uruguay eran tan encantadores como había imaginado.

Antes de que pudiera seguir enamorándome ciegamente de él, una llamada interrumpió mi encuentro, era el camion de los muebles── Hola señorita Lucia, ¿podría venir de inmediato? Es importante.──di un suspiro de resignación──está bien, llegare en 10 minutos.──colgué la llamada, me vi obligada a regresar a mi departamento, perdiéndome la oportunidad de conocer mejor a aquel chico que había despertado mi interés, no sin antes intentarlo buscar con mi mirada, para verlo una vez más, pero mierda, lo había perdido de vista.

...

Al llegar, la noticia fue desalentadora, las cajas con mis muebles aún no habían llegado, y la espera prolongaría al menos por un mes más, y eso teniendo suerte. Me maldije por no haber previsto esta situación, pero no tenía más opción que aceptarla.

Tome mi teléfono buscando entre mis contactos a Bayona──Hola Lucy, ¿qué tal te va?──.

──Oh, de la mierda, mis muebles no llegaran en un buen tiempo, no tengo donde dormir, ni donde poner mis cosas──digo poniendo mi mano en mi frente, como si estuviese en una película dramática.

──Si no has encontrado lugar, podrías venir al hotel en el que los chicos se están quedando, queda cerca del set y sirve que los conoces un poco más.──al escuchar las palabras de Bayona, no dude ni un segundo en aceptar, estar cerca del set va a ser una maravilla, no tendré que despertarme tan temprano para poder llegar a tiempo a las grabaciones.

𝗢𝗧𝗥𝗢 𝗔𝗧𝗔𝗥𝗗𝗘𝗖𝗘𝗥 | Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora