009

178 10 0
                                    

──────────────────

ABRIL, 2021

Omnisciente

Todos se preparaban para dejar Montevideo, para dejar todo lo que en un mes sucedió, dejarían atrás el bullicio de la ciudad y la calidez de su gente.

Pero antes, sabían que no se podían marchar sin antes visitar la playa donde lograron conectar, donde la brisa y las olas los acompañaban.

La playa, un lugar que para unos podría ser una simpleza, había adquirido un significado especial para el grupo, pues ahí conectaron más entre ellos.

Ese día el cielo estaba despejado, y el sol se reflejaba en las aguas azules del mar. Cómo sería su ultima tarde en Uruguay, decidieron salir a cumplir aquella promesa pendiente.

Compraron una malteada de chocolate en una tienda local, compartiendo de una sola pajilla pues al castaño se le había caído su malteada por voltear bruscamente a ver las aves que revoloteaban en el cielo.

Con su malteada en manos se dirigieron a la playa, ella bromeando y molestándole por la pobre malteada derramada.

A medida que caminaban por la orilla, con las olas yendo suavemente por sus pies descalzos, la conversión fluía a la perfección. Hablaron de todo un poco, de sus canciones favoritas y porqué las habían considerado sus preferidas, de las películas que más los habían marcado y de sus sueños a futuro.

──¿Te gusta la fotografía igual?──le pregunta el uruguayo, entusiasmado por hablar de su tema favorito.

──Me encanta, me encanta el poder capturar momentos para siempre.

──Exacto, es como encontrar la belleza incluso en las cosas más comunes

La charla siguió por un rato hasta que se detuvieron para observar el cielo, tenía tonos naranjas y rosas que se entrelazaban entre si, mientras el sol se hundía lentamente en el mar. Era una escena perfecta para guardar en la memoria, y el uruguayo no resistió sacar su cámara para capturar el momento.

──¿No me querés posar para la fotito?

Lucía, con una sonrisa juguetona accedió──¿que tal esta?──hizo un gesto exagerado, como si estuviera modelando, ambos rieron y enzo tomó la fotografía, después de todo, era un recuerdo especial.

Mientras el sol desaparecía, la playa comenzó a vaciarse y el aire se volvió más fresco, pero para ellos el tiempo parecía haberse detenido. Continuaron caminando y hablando, sin querer que la noche llegara, no querían perder tiempo. Hablaban de España y de todo lo que harían cuando llegaran.

──Nunca he conocido la nieve──confiesa ella

──¿Enserio? Yo tampoco.

──Lastima que estarás muy ocupado, la tendré que conocer sola

──En mis días libres podemos ir juntos lo sabes.──El rostro de ella se ilumina al escuchar eso salir de la boca de enzo──podemos llevar a todos, se que algunos ya conocen la nieve, pero la pasaremos bien ¿te parece?

──me encantaría──confiesa la menor

...

Finalmente llegó la hora de irse, el viento comenzó a soplar con más fuerza y la playa se obscureció.

𝗢𝗧𝗥𝗢 𝗔𝗧𝗔𝗥𝗗𝗘𝗖𝗘𝗥 | Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora