30 Entrenamientos. [INTENABO AU]

8. JACK

"En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones"
— Julio Cortázar

Despertó Conway, en su propia cama con la misma ropa de ayer, arrugada y algo sudada. Jack no soportaba su propia cabeza, al levantarse sintió una gran presión que no sentía desde su última borrachera, cuales no eran muchas y ni siquiera recuerda la última.

Posó sus dedos en sus propios labios, recordando la escena que montaron ayer él y el rubio, golpeándose la frente en un acto de arrepentimiento, igualmente se relamió los labios, aún saboreando el whisky pecador que tomaron ayer.

Miró el reloj, ya se le estaba haciendo tarde, tenía que ducharse y volver a la rutina de su trabajo, soportando a los de siempre y sacrificando sus cuerdas vocales una vez más. Pero merecía la pena, al final del día vería a Gustabo. Aunque este día no le daba especial ilusión, sería ver al chico que besó ayer en un estado inconsciente, no era él el culpable de que su cerebro borracho decidió hacer tal gilipollez.

El chorro caliente cayendo por su pelo y cuerpo hizo que su mente se despejara, tratando de olvidar las consecuencias que podría traer la catástrofe de ayer. Igualmente, su mente jamás podría olvidar como esos labios se posaban en los suyos, uniéndose como si hubieran estado hechos el uno para el otro desde un principio.

Se vistió rápidamente, abandonando su gran piso y cogiendo nuevamente su coche, llegando en un instante a la comisaría y resguardándose en su despacho.

Al sentarse y soltar un suspiro, su móvil comenzó a vibrar en sus pantalones, haciendo que este lo sacara y viera de quien se trataba: era Castro.
Contestó sin dudarlo.

—Conway, buenos días. — Dijo la mujer amablemente.

—Buenos días.— soltó ronco el otro, tratando de disimular sus ganas de morirse.

—Tenía una pregunta ¿Qué tal va con García? — esta pregunta se sintió como una apuñalada, sintiendo un pinchazo en su estómago al escuchar el apellido de ese sujeto causante de su delirio.

Carraspeó antes de contestar. — Está dando buenos resultados, lo lleva bien.— respondió poco después, intentando acabar la conversación lo antes posible. La puta imagen de García a pocos centímetros de su cara no se iba, permanecía cual tatuaje.

—Perfecto Jack, me alegro, cualquier inconveniente, llámame. Se está comportando bastante bien en el centro, se ha echado un amigo.— Comentó Castro, haciendo que este apretara la mandíbula ante la última información.

—¿Amigo?— preguntó este, ocultando este sentimiento que comenzaba a crecer dentro de él como fuego.

—Gonzalo Navarro, salen al mismo tiempo. — respondió la pelirroja sin problema, mientras de fondo se escuchaba algo de papeleo de su parte.

El mayor sacó su tablet al instante, buscando este nombre en la PDA y revisando su ficha.

—Otro loco...— Susurró inconscientemente, su orgullo tapando su gran inseguridad.

—¿Como has dicho Conway? —

—Nada. ¿Eso es todo lo que querías? — desvió el punto de atención el pelinegro.