21. MIGAS

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"Eres como la Luna, brillando sola,
y a veces ocultando una parte
que no le muestras a nadie"
—Ron Lorent

Unas respiraciones agitadas y un golpe metálico en su puerta hizo que García se despertara de un susto, observando como el intruso se trataba de su amigo, que se encontraba en una esquina de su celda balanceándose sobre su propio peso en el suelo, respirando con dificultad.

—¿Gonzalo? ¿Gonzalo qué te pasa?— Dijo medio dormido aún, levantándose poco a poco para no marearse y acercarse con éxito a la esquina en la que se encontraba su nervioso amigo.

El hombre no vocalizaba, sus manos temblaban y no dejaba de balancearse, mirando al suelo con algunas lágrimas caer. Gustabo posó su mano en el hombro de este, incapaz de calmarlo.

Necesito salir. — Repetía este en voz baja de forma constante y algo delirante. —No puedo más, esto es un loquero. — añadía, era una de sus típicas crisis de las que solo Navarro gestionaba por su cuenta.

Vamos a salir. Relájate. — García sacó su móvil e inmediatamente llamó a Jack. Revisó la hora y era bastante temprano: las 4 de la mañana.

Conway, por favor venga a buscarnos. Es urgente — Habló una vez escuchó como el superior le había respondido la llamada con una voz ronca, delatando que este le había despertado.

—¿Qué te ha pasado? Estoy en 5' — Contestó apresurado.

No, no es conmigo, es Gonzalo, le está dando un ataque.

Pues sácalo al parking, no soy vuestro puto taxista. — Paró en seco el contrario, cosa que se notaba debido a que el ruido de fondo ya no se escuchaba.

Jack, por favor. — El rubio seguía dándole palmaditas a Navarro, consiguiéndole levantar y sacarle al parking para que tomara algo el aire, las lágrimas secándose y quedándose cristalizadas en su mejilla.

Yendo.— Colgó.

Gonzalo, ¿dónde quieres ir? — Trató de calmar, haciendo tiempo hasta que Jack llegara.

Lejos, muy lejos, por favor. — Gustabo no comprendía el porqué de esta crisis de su amigo.

—¿Cada cuanto te pasa esto? — Preguntó, intentando averiguar la procedencia de esa actitud.

No sé, ellos... ellos me pinchan y olvido todo, he huido hasta tu celda por eso, no quiero que me pinchen, no... nunca más. — Hablaba en un susurro nervioso, tratando de vocalizar lo más posible.

Finalmente llegó Conway, dando un derrape sonoro y posicionándose en frente de los dos individuos.

García ayudó a Navarro a subirse en la parte trasera, sentándose junto a él y el superior mirando por el espejo retrovisor algo confuso por esa acción.

—¿Donde os llevo, parejita? — Había ciertos celos en ese tono de voz de Conway, cosa que no podía evitar por más que quisiera, aunque la situación no era la oportuna para bromear.

Vamos a... — Hizo una pausa y miró a Navarro. — A la playa. — Miró a Jack también por el retrovisor una vez Gonzalo asintió al plan.

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30 Entrenamientos. [INTENABO AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora