Capitulo 3

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La mañana había llegado nuevamente, y con ella un desayuno sin sabor ni buena imagen, el tiempo de darte una ducha de quince minutos como todos los días, el terrible malhumor con los que algunos reclusos despertaban, repartiendo golpes por aquí y por allá sin importarles las consecuencias y por supuesto, los chismes de que había nuevo personal llegando y personal renunciando.

— Oye drogadicta — Samantha llamó a Dayana. — ¿Podrías dejar de llorar por lo menos en el tiempo libre que tenemos? Es que me estresas. — Le pidió con ¿amabilidad? La verdad es que casi nadie soportaba a Dayana, la veían como un molesto estorbo, que no te dejaba estar en paz, que simplemente se dedicaba a llorar por algo que no podía tener.

En este lugar a nadie le importas.

— Mi cuerpo duele mucho, necesito, necesito en verdad... Necesito mis drogas. — Dijo en un sollozo.
Sam suspiro al ver a su amiga en un estado tan lamentable, era de las pocas personas que tenía lastima por ella, pero aunque le tuviera lastima y tratara de ser un poco amable con ella, el pensamiento de que era molesta no lo dejaban en paz. — Deberías tomar el tiempo encerrada aquí, como rehabilitación, solo que sin medicinas ni cuidados que se deberían dar en rehabilitación, pero algo es algo —.

— Tengo miedo de que Harry le hable a Dayana... Ese aprovechado. — Royce comentó con un poco de preocupación.

— ¿Harry? — Preguntó Emma.

— Si, el número 34, ese que hace favores por otros favores, ya sabes. Me enteré por Shun. — Les explico con muchos ánimos, con una mirada llena de ánimo, Royce siempre parecía tener un aura brillante a su alrededor, a pesar de que sus ojos dijeran todo lo contrario.

— Tienes ojos de ser alguien que ama el chisme. — Alexa comentó como si hubiera descubierto un acertijo, mirando al cielo y soltando un largo suspiro.

— Bueno, lo único entretenido de este lugar es el chisme — Dijo encogiéndose de hombros.

— ¿Shun te dice ese tipo de cosas? — Preguntó Ericsson con curiosidad.

— Supongo que confía en esta belleza — Dijo haciendo ojitos.

— Que asco. — Alexa respondió a su gesto de ternura egocéntrica.

—Soy la persona más hermosa del mundo, deberías estar agradecida de ser mi amiga. — Dijo Royce sacándole la lengua.

— Ya vengo... — Dijo Dayana levantándose de la arena donde estaba sentada, los demás la miraron y solo asintieron con un poco de desconfianza, después de todo, se trataba de Dayana.

— ¿Creen que vaya a hacer alguna locura? — Preguntó Emma.

— Una locura me lo temo si fueras tu, pero tratándose de Dayana tengo miedo que regrese sin su ropa interior a cambio de drogas. — Samantha le respondió.

— O sin dignidad... — Terry comentó.

— El que no tiene dignidad aquí eres vos — Alexa le comentó a Terry acercándosele peligrosamente a la cara. — Además, hablamos de Dayana, ¿dignidad? Dudo que la tenga a estas alturas.

— Eres una tonta! — Terry se quejo.

— Y mentira no es — Ericsson dijo mostrando todos sus dientes en una sonrisa llena de diversión.

— Mira, mira, Eric! Eric! Mira, la luna, hay una luna en pleno día!! — Emma se emocionó al ver la luna, esos detalles, esos detalles hacían que Emma dejara de lado su desinterés por la vida y se emocionará al punto de sorprender un poco a los demás.

Nadie lo esperaba.

— ¿Eso no es completamente normal? — Le preguntó entre susurros Samantha a Alexa.

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