Capítulo 12

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Shun

Flashback

Las personas dan miedo.

No sabía que los humanos daban tanto miedo.

No sabía que aquellos que se hacen llamar padres, daban miedo.

Debo proteger a mi hermana.
Aunque... ¿Cómo la protejo de nuestros padres?

Debo resistir.

No debo rendirme, mi hermana me necesita...

— DEJA A MI HERMANO, MALDITA BRUJA! — Harab gritó llena de rabia, desesperada y aterrorizada, no puedo verla bien, la tenue luz de las velas que me rodean en un circulo alrededor de esa extraña estrella dibujada, encerrandome, pero se que esta asustada, puedo sentirlo.

— Ugh...! — Me quejo tapando mis oídos fuertemente con las palmas de mis pequeñas y ensangrentadas manos... Se que Harab esta asustada, se que tiene miedo de perderme, se que por eso y más se le ha olvidado que odio los ruidos fuertes, porque hacen que la vibración de aquellos me quieran explotar la cabeza.

Siempre pensé que yo era raro por ser así, pero no lo soy, porque Harab es igual que yo.

Solo somos personas únicas.

— CÁLLATE MOCOSA INSOLENTE! — Grita un imbécil, haciendo que mi cabeza vibre fuertemente y sienta esa sensación asquerosamente dolorosa.

Sentía que la sangre escurría de mis oídos, además de otras heridas...

— Callense... — Murmuré en un hilo de voz, me sentía débil. — Dejen a mi hermana... — Murmuré mientras me arrastraba hacia la dirección donde escuchaba los gritos de mi hermana, gritos que eran causados por esta gente.

— Hijo, si te mueves, juro que le daré fin a esto, empezando por tu hermana. — Grité de frustración e impotencia al escuchar hablar a mi padre mientras presionaba suavemente mi cabeza contra el suelo para que deje de moverme, no puse resistencia...

Quería rendirme, lo mejor era rendirme.

Si Dios existe... ¿Esto es lo que hace?, ¿Esto hace un ser supremo que puede cambiar cualquier cosa?

— Deja a mi hermano... Mamá, déjanos ir... Papá déjanos vivir... Como lo que somos... No se que somos, pero estoy segura que tu especie no vive así... — Escuche la voz quebrada de mi hermana mientras arrastraba su cuerpo... A mi, soltando gritos desgarradores mientras lo hacía.

Si yo fuera más fuerte...

Si tan solo fuera más fuerte.

— Son nuestro tesoro... — La mujer que se hace llamar nuestra madre dice, al momento que siento como Harab toca una de mis manos, giro un poco mi cabeza, y la veo ahí, con sus párpados cerrados, sigue respirando, el dolor la ha dejado inconsciente justo al momento en que ha tocado mi mano...

— No se preocupen, Harab Serap, mi linda princesa de ojos malditos... — Mi padre pronuncia el nombre de mi hermana, su nombre...

Malditos...

— Tranquilo Astaroth, todo estará bien, solo debes confiar en nosotros, siempre debes escucharnos — Mi madre recalca la última palabra haciendo énfasis con su voz mientras patea mi mano para que no salga del círculo al ver mis intenciones de arrastrarme hacia donde mi padre caminaba con mi hermana en sus brazos.

— Ya es suficiente sangre, los demonios han respondido. — Escucho la voz de ese hombre, la voz de a quien llaman "Mi señor".

Duele...

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