Capítulo 9

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°°ESTADO UNIDOS°°
---------FLORIDA---------
***CORRECTIONAL JUVENILE: DARK CRIMSON***

«PISO CERO»

En aquel piso al que habían bajado los jóvenes misioneros, se encontraba impecable, lo que lo hacía incómodo de estar.

— El piso cero... — Sheila susurró con la mirada en el techo dando una vuelta lentamente para mirar alrededor con la mirada en el techo.

— El único lugar seguro para nosotros... — Se dijo así misma, aunque los demás también le podían escuchar. — Pero, ¿Por qué siento que no es así? — Preguntó mientras bajaba la mirada del techo a sus pies, sintiendo una energía extraña, como si Dios les estuviera avisando que no es seguro. 

— Porque no es así — Elicio le confirmo con una mirada llena de seguridad.

— Todos lo estamos sintiendo, el espíritu santo nos está hablando... A todos. — Xiomara le dijo a todos, cerrando sus ojos mientras murmuraba cosas para si misma.

Byron y Anny se miraban así mismos, con una pizca de miedo en sus miradas, eran los más jóvenes en aquel pequeño grupo.

— Vamos a acomodar nuestras cosas, hay cuartos para todos, pero vamos a dormir en solo dos, las mujeres en uno y los hombres en otro, es mejor dormir así. — Christopher habló dando indicaciones a todos, Sheila a pesar de que era la presidenta de jóvenes, decidió dejarle el mando a su hermano mayor, pues él era quien velaba por la seguridad de todos.

— Los cuartos no son tan grandes para cuatro personas. — Jhostin habló por primera vez, dando su punto de vista ante las indicaciones dadas.

— Entonces dos en cada cuarto, dos mujeres, dos hombres, pero solos, no. — Christopher indicó.

— ¿Por qué? — Anny pregunto llena de dudas.

— Por nuestra seguridad. — Byron respondió sin estar seguro.

— Exacto. — Christopher afirmó.

Porque a pesar de que se encontraban solos en aquel piso, no se sentían solos en los absoluto, sentían que los estaban vigilando, y era algo entendible, había cámaras por doquier.


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Royce siempre ha sido el dueño de Ramé, lo más hermoso que puede existir sin saber que también es lo más caótico que puede haber.

— Royce — Emma lo llama, al verle salir por la puerta que había entrado minutos antes, lo vieron pasar de largo pero Royce no miró a ninguno, tenía su mirada agachada mientras caminaba con un leve cojeo en su caminar.

Su expresión era como la expresión de una persona perdida, una persona que sabe a donde va, pero a la vez no sabe a dónde es.

Su mirada lo único que reflejaba era dolor, de ese dolor que no puede ser aliviado por nada ni por nadie.

Pero también, su mirada se veía apagada y perdida.

Su cuerpo físicamente estaba destruido, moretones por aquí y por allá, chupetones visibles, huellas visibles.

— Quiero estar solo. — Pronunció sin detenerse a mirar a alguien o a esperar una respuesta.

Dayana lo vio caminar cojeante, con una mano en su vientre bajo, se levantó del suelo y corrió hacia él y lo detuvo — Royce! — Exclamó al agarrar su muñeca con su mano — Espera — Pidió.

— Dayana, no! — Los demás gritaron al unísono, sabiendo perfectamente que Royce ahora no estaba en sus cuatro sentidos, y tampoco se veía tan bien.

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