Capítulo | 8

612 20 0
                                    

El partido amistoso representó la conclusión del programa de ambos equipos, lo que quiere decir que Isaías ya regresará a México.

Pero ni siquiera me ha escrito para avisarme cuándo despegará su avión, no ha dicho ni una sola palabra. Y no quiero molestar a sus padres.

En cambio, Camila me ha pedido que la acompañe a Nueva York para hacer unas compras, así que acepto, total que no sé nada sobre el regreso de Isaías.

Vamos en su coche y ella decide que primero debemos comer algo. 

- ¿Y qué le dirás cuando lo veas?

- No tengo idea, supongo que la conversación fluirá por sí sola.

- Bueno, en eso tienes razón, Isaías odia los silencios incómodos.

- ¿Tú qué has hecho con Iván?

Se ríe.

- Le he pedido bolsos caros y los ha comprado, ahora mismo tengo una tarjeta de crédito que me dio – saca la tarjeta de su cartera – y créeme que no me iré sin el vestido Chanel dorado que me fascinó, lo usaré para la cena de Fiorentina.

- ¿Irás?

- Obviamente, y tú tendrás que ir conmigo.

- Aún no he recibido invitación.

- Pero seguramente Damián te dirá que te invitaron, esa marca italiana de joyería interactúa mucho con tus publicaciones.

- Tal vez.

- Sé positiva, te invitarán a la cena. Deberíamos buscar algo para ti.

- La verdad es que preferiría no hacerlo, no hasta estar segura de que me han invitado.

Mi amiga me fulmina con la mirada y arruga su nariz.

- De acuerdo.

Después de desayunar comenzamos la tarea de buscar el vestido Chanel que Camila desea, se prueba algunos más y compra diferentes bolsos.

Se mide zapatilla tras zapatilla, de verdad que dejará en banca rota a Iván. Mientras estoy esperando a que salga del probador, dos chicas se acercan a mí mientras observo unos bolsos.

- Hola Ariana.

- Hola. – Les respondo un poco tímida porque no las conozco.

- Te seguimos en Instagram y queremos decirte que de verdad amamos cómo te vistes, últimamente sigo tus consejos sobre cómo vestir y me han chuleado mis outfits. – Menciona una de ellas.

- ¿De verdad? Me alegra mucho saber que mis recomendaciones son bien recibidas.

- También te vimos en el video promocional de Tigres. – Comenta la otra chica.

- ¡Oh cierto! ¿Y apoyan a Tigres? – Les sonrío.

- Si, a decir verdad, la mitad de mi familia es Tigres y la otra parte es Rayados. Residimos en Texas por el trabajo de mi padre, pero no nos perdemos ningún partido.

- Me alegra saber eso, cuando vayan a México no olviden visitar el volcán, tal vez nos veamos de nuevo.

- Por supuesto. – Ambas se miran. – También queremos decirte que eres hermosa, Adidas no se equivocó al hacerte parte de su imagen, sigue compartiendo tus rutinas.

- Muchas gracias. Y no se preocupen, tengo más contenido para publicar esta semana, se los aseguro.

- ¿Podemos tomarnos una foto?

Su pregunta me sorprende, ya que hasta el momento no había estado en una situación así.

- Pero claro que sí. – Me acerco a ellas cuando sacan su iPhone del bolsillo.

Sonrío y ellas capturan el momento.

- Sólo les pediré un enorme favor. – Las miro con ojos suplicantes. – No compartan esa foto hasta que yo me marche del local.

- De acuerdo, no hay problema. Fue un placer conocerte.

- Igualmente chicas, cuídense mucho. – Les lanzo besos al aire.

Las veo alejarse mientras miran el celular.

- ¿Qué ha sido eso?

La interrupción de Camila me ha hecho pegar un pequeño brinco.

- ¡Mierda! Me espantas.

- Lo siento, es sólo que...

- Mis primeras interacciones con el público. Es decir, siendo reconocida por mi contenido y no por Isaías.

- Querida, - me toma de los hombros – estoy segura de que, si no fueses novia de Isa, habrías empezado mucho antes a crear contenido. Y de todas maneras te habría ido bien, porque eres una persona muy bella, comprometida y perseverante, tienes mucho potencial que no debes desperdiciar.

- No quiero que los demás digan que soy famosa por mi novio, ¿has visto el hate que le llueve a Georgina Rodríguez por Cristiano Ronaldo? No quiero que piensen que sin Isaías no soy nada, por ello me estoy abriendo camino y estoy forjando mi propia historia.

- Y eso está muy bien.

- Si él y yo terminamos no quiero que piensen que sólo fui la novia de Isaías, quiero que mi aparición en los medios continúe como Ariana Villagómez Hussein.

- No hables ahora sobre terminar con él, además, no eres "una dama de compañía", eres una chingona.

- Es que siento que nuestra ruptura está muy cerca, tú sabes cómo se está comportando.

- No creo que quiera terminar contigo, no por esa mierda. Sería muy estúpido, tranquila. Mejor acompáñame a pagar todo esto.

Mi amiga modela el último vestido que se ha probado y sonríe ampliamente, le devuelvo la sonrisa porque obviamente su vestido es una pasada.

Camila y yo recorremos varias tiendas, vamos al Museo Metropolitano de Arte y luego nos vamos a caminar a Central Park.

La noche cae y mejor decidimos regresarnos a nuestro hogar.

Reviso mi celular y no tengo ni un solo mensaje de Isaías. ¿Por qué me mantiene con la incertidumbre de su regreso?

Me ducho y después me preparo para dormir.

Son las 6:00 a.m. cuando mi celular comienza a sonar.

Observo la pantalla y veo su nombre.

- ¿Te he despertado?

- Mi alarma de hoy era para las 6:30 a.m. así que no te preocupes.

- Ya estoy en México. Iré a verte más tarde.

- ¿Ah sí? Sólo dime a qué hora para hacerte un espacio en mi agenda.

- ¿Ahora debo agendar una cita contigo?

- No es tanto así, mantengo el control de mis tiempos porque últimamente estoy saturada con mis proyectos escolares y laborales.

- Oh cierto, que te has vuelto más popular en el mundo de la moda.

- ¿Apoco sí lo sabes? – Pregunto con sarcasmo. – Creí que en Barcelona no te dejaban usar el móvil.

- No seas así, estuve muy concentrado, no tenía tiempo de intercambiar mensajes.

- Por supuesto no, pero sí tenías tiempo para pistear con tus nuevos amigos y luego postear todo en Instagram.

- Ariana...

- Olvídalo, dime a qué hora.

- 8:00 p.m., te llevaré a cenar.

- Bien, me mandas la dirección del restaurante que elijas.

- Mejor tú me mandas tu dirección para pasar a recogerte.

- Como quieras.

Cuelgo a la llamada.

1. GOLDEN BOY | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora