Capítulo | 14

609 24 4
                                    

Miro fijamente la llave.

- ¿A qué te refieres? – Pregunto desconcertada.

- Estaremos viviendo allí, ya sabes, por la distancia.

- ¿Te refieres a nosotros dos?

- Obviamente, ¿a quién más? – Se ríe como si mi pregunta hubiese sido estúpida. – Por ahora, aunque estoy seguro de que extenderán mi contrato. Y si eso sucede, podremos comprar una mansión cuando sea oportuno.

Estira la mano para que yo tome la llave.

- No la quiero, gracias.

Su sonrisa desaparece y me mira confundido.

- ¿Por qué no? Todo lo que tengo también es tuyo, y así será siempre.

- ¿De verdad quieres que me vaya contigo?

- Eso me haría muy feliz, ¿a ti no?

- ¿Te has preguntado alguna vez cuál es mi sueño?

- Ariana...

- Te he apoyado con tu pasión por el fútbol, ¿pero no crees que yo también merezco cumplir mis sueños?

- Estoy seguro de que allá también encontraremos agencias de modelaje, y podrás colaborar con marcas españolas, seguiré ampliando mi red de contactos para que ganes más reconocimiento.

- ¿Cuál es el problema con que yo lo consiga sola?

- Sólo quiero ayudarte.

- No quiero ser catalogada como una abusiva o que me cuelgo de tu fama.

- No será así, ya te dije, todo lo mío es tuyo, y serás mi esposa así que, ¿qué hay de malo con ayudar a impulsar la carrera profesional de mi prometida?

- Ni siquiera me has entregado anillo.

- Lo haré, nos comprometeremos en Barcelona.

- Isaías...

- ¿Qué sucede, amor? ¿No te agrada la idea de que vivamos juntos? Te prometo que me esforzaré, haré lo mejor que pueda para que cumplamos el sueño de estar en una final de Champions.

Siento que mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, pero me contengo lo mejor que puedo.

- ¿Y si ya no quiero estar contigo?

Me mira perplejo.

- ¿De qué hablas?

- Dices que todo lo tuyo es mío...

- Así es.

- ¿Entonces por qué tu corazón ya no me pertenece? – Lo miro seriamente.

- Cariño, - ríe nervioso – no sé de qué carajo hablas. Es tuyo, siempre lo ha sido y lo seguirá siendo, hasta que la muerte nos separe.

- Eres un idiota. ¿Cómo puedes decir eso?

Noto molestia en su mirada.

- Mierda, ahora resulta que no puedo ser romántico.

- Es que romántico puedes ser, pero no acepto que seas un mentiroso.

- No te he mentido nunca.

- Ah, ¿no? – Enciendo la pantalla de mi celular y comienzo a leer el fragmento de un mensaje que él le envió a ella. – "Estoy dispuesto a dejar a mi novia por estar contigo. Eres lo mejor que me ha pasado y espero que aceptes estar conmigo".

Su rostro se tensa, acaricia uno de sus dedos en señal de nerviosismo.

- No sé de qué hablas.

- ¿De verdad lo vas a negar? – Lo miro furiosa. - Sabes perfectamente bien que odio, detesto, me repugna que me mientan. 

1. GOLDEN BOY | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora