Capítulo 1: Te vi y lo supe.

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Empezó su día como cualquier otro siendo médico obstetra en el hospital público de Tokio. Kemy, su asistente le informaba acerca del número de pacientes que llegarían, tenía dos chequeos durante la mañana y una cesárea programada para la tarde, técnicamente estaría despejado.

Ama su profesión, eso le queda más que claro a todo aquel que lo ve ejercer, ver el inicio de una vida y acompañarla hasta el momento en que llegue a este mundo sin duda lo hacía feliz.

No puede decir que todo era color rosa en su ámbito laboral, hay días azules en los que siente que va en picada, pero hace sus mejores esfuerzos para que las cosas salgan bien.

Apenas cumplió veintinueve años, es altamente conocido y calificado en varios hospitales a los que fue a dar apoyo, el hecho de ser hijo del director de la clínica privada Endeavor también lo destacaba bastante entre la gente importante al igual que a sus hermanos.

Cualquiera que esté relacionado con la obstetricia conoce su nombre, Shōto Todoroki, aquel doctor que desde los veintiseis años ejerce con éxito y tiene un mínimo caso de pérdidas durante sus partos o cesáreas.

Es bastante solicitado por aquellos que desean la presencia de un especialista experimentado cuando el momento de que los cachorros nazcan llegue, su sola presencia significaba que todo podría estar bien, por lo que agendar un parto con él era bastante complejo a menos que haya monitoreado tu embarazo.

La primera paciente llegó con su pareja para determinar el sexo de sus bebés, la alfa tenía un embarazo de alto riesgo con trillizos en camino, pero lucía muy contenta e ilusionada con tener a sus cachorros y el peligro parecía no frenar sus deseos de ser madre, eso motivaba a Shōto para hacer realidad sus sueños.

—Hola bebés— Habló viendo la pantalla —Saluden a mami y papi— Hablaba con el rostro serio pero su voz era alegre.

—Míralos, cariño— El hombre tomó la mano de su esposa quien sonrió.

Comenzó intentando ver la intimidad de los cachorros, cosa compleja pero no imposible, la pareja lucía emocionada y hacían preguntas constantemente. Le gustaban aquellos pacientes que siempre tenían dudas, él con gusto se las aclaraba, todo con tal de darles tranquilidad.

Lamentablemente hoy no podría darles muy buenas noticias.

—Ellos están bien, sin embargo, acaban de llegar los resultados del laboratorio y se le ha diagnosticado preeclampsia...

Ambos pusieron un rostro de preocupación al instante.

Ya en la oficina comenzó a explicarles los peligros de aquel embarazo, los riesgos que corrían, y los cuidados y medicamentos adecuados para poder curarla.

La pareja se fue agradeciendo el chequeo, aunque algo desanimada por la enfermedad detectada, sin embargo tenían la esperanza de que todo saldría bien.

Kemy, su secretaria le informó que necesitaban apoyo en la sala de parto, aún faltaba para que llegue su siguiente cita así que no dudó en ponerse la cofia, mandil y salir corriendo para ayudar a sus colegas.

Ya ahí se puso la mascarilla, guantes y empezó su labor, todos se aliviaron con solo verlo ingresar, incluso la doctora Yaoyorozu, quien estaba a cargo.

Por suerte fue rápido, en cuestión de dos horas ya estaba de vuelta a su oficina.

Culminó con éxito su día, le hizo una ecografía Doppler a su siguiente paciente y luego se preparó para la cesárea, la cual nuevamente fue más que bien.

Se preparaba para salir, vestía ropa casual para regresar a su casa.

—¿Te llevo, Kemy?— Le pregunta a su asistente, ella afirma con una sonrisa tomando sus cosas.

Tardío [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora