Capítulo 9: Tus tormentas.

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—Midoriya... Hay algo que me causa intriga y no debes responder si no te sientes cómodo, pero me gustaría hablarlo contigo— Dice de la nada Shōto.

El omega, que terminaba de poner la mesa, ladea su rostro.

—¿De qué se trata?

—Es acerca del papá de Ayari... Me gustaría saber de él... Perdón.

A Izuku se le hace un hueco en el corazón. Había evitado siquiera pensar en aquel hombre que tanto daño le hizo a la joven edad de dieciocho años.

Aunque a veces se le hacía complicado, pues de vez en cuando se aparece en sus sueños transformándolos en pesadillas o siente ligeros Déjà vu cuando huele la lavanda natural que sale de Shōto.

Solo agradece que su bebé no se parece tanto a su papá alfa, gracias a que tiene albinismo no heredó su físico en lo absoluto, aunque sí sus ojos rasgados y tono de piel blanco, pero eso era aceptable para no verlo y sentir dolor.

—Era alguien con una muy buena máscara— Responde acariciando la mejilla de Shōto , comprendiendo la curiosidad que este sentía.

Y agradece tanto que quiera conocerlo a fondo, saber de él, de su pasado.

—Llegó a mi ciudad natal y rápidamente se ganó el respeto de todos, era brillante, culto, serio. Pero conmigo era tan... diferente, me mostraba una faceta que solo pocos conocían, era más divertido, amoroso, arriesgado, era alguien genial.

Shōto tuerce un poco la boca, no era agradable escuchar hablar a la persona que te gusta con tanta admiración de otra persona, más específicamente de un ex. Pero él preguntó, ahora debe escuchar calladito.

—Yo tenía diecisiete años y lo seguía a todas partes, quería ser como él... Y poco a poco me empezó a gustar. Creo que lo hice obvio, todos se dieron cuenta, incluso mis padres, quienes me prohibieron verlo por la diferencia de edad.

—¿Cuántos años tenía él?

—Treinta y tres... Yo era un adolescente harto de la sobreprotección de mis padres y escogí continuar a su lado aún con todos los castigos, regaños y advertencias... Al final él ya tenía a alguien más... E incluso así me usó... Y cuando me enteré de que estaba embarazado, ya era demasiado tarde para un aborto. A pesar de ello mi padrastro quiso deshacerse de Ayari, él tiene una reputación que mantener, y le importaba más lo que diría la gente a lo que yo sentía, pensé que me comprendería, me crió desde que era un niño. Es ahí cuando decidí huir, tomé todos mis ahorros y vine a Tokio, tuve que empezar desde cero, nadie estaba dispuesto a darle trabajo a un omega embarazado. Logré encontrar trabajo y asilo en una casa, aseando y cuidando a los cachorros, fueron muy amables conmigo incluso cuando nació Ayari, a los niños les gustaba cargarlo y a las madres, darle regalos a mi bebé, o regalarme algunas cosas de sus hijos. Lamentablemente los cuatro integrantes de la familia fallecieron durante las vacaciones, estaban regresando y el avión se estrelló.

Shōto hace memoria, recordando que durante los primeros meses del año, un avión tuvo problemas con el motor y cayó en un pueblo a orillas de la playa, terminando con la vida de habitantes y pasajeros. Aquella noticia estuvo mucho tiempo al aire.

—Tuve que salir y encontrar otro trabajo y lugar donde quedarme, el único en el que me aceptaban con Ayari, era una tienda de ropa, pero el horario era de trece horas diarias y apenas llegaba a casa para dormir. Fue saliendo del trabajo que el autobús en el que iba chocó y nos lleva a donde estamos ahora.

Shōto toma su mano y lo abraza, Izuku se deja envolver, aspirando aquel aroma que antes le aterraba y ahora podía considerar su lugar seguro.

—Hay muchas cosas por sanar, Midoriya... Te felicito por no haberte rendido y dar lo mejor de ti para Ayari— Se inclina a besar su frente —Pero solo no será fácil... ¿Te agrada la idea de ir a alguna sesión de terapia?

Tardío [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora