VEINTITRÉS

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Me dormí llorando y desperté lastimando mis manos. Tengo las uñas cortas pero a veces no evita que me las siga clavando.

Soñé contigo y aquello fue un martirio pues nuevamente soñé que estábamos juntitos.

Lloré porque me di cuenta de que será muy complicado que alguien más toque mi cuerpo, no porque te extrañe, sino porque tengo miedo.

Me aterra que me obliguen a hacer algo que no quiero, o que si no dejo que me toquen se enojen como tú solías hacerlo.

Tengo miedo de sentirme usada, de sentirme como una muñeca esperando a que te complacieras. No quiero sentirme hueca y volver a pensar "deja que termine y te volverá a abrazar".

Me di cuenta de que de verdad tengo miedo y me duele ese sentimiento. Mi cuerpo...amo el contacto físico pero no quiero que me chantajeen con eso.

No de nuevo.

Hoy he visto a mi prima y le he contado lo que ha pasado, se puso triste porque le caías de maravilla pero entendió que nuestro momento ha terminado.

Me preguntó si ya no iba a haber cuentos, que ella esperaba que nos leyeras otra vez, tuve que contener las lágrimas...pues no vas a volver.

Hoy no doliste tanto como ayer, inclusive me sentí más animada, sí, te recordé pero por momentos pasaba.

Se acerca el día de la boda...me entristece cada vez que recuerdo que no estarás, pero está bien y si no está bien, pronto pasará.

Cuando nos decimos adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora