Cuando nos decimos adiós

CINCUENTA Y UNO

El techo de la parada del camión es de lámina.

Llevo casi un año en la universidad, yendo a ese lugar todos los días y apenas me he dado cuenta de aquello.

Estaba sola y simplemente me dediqué a observar. La gente y carros pasaban, algunas personas se quedaban en la parada, otros subían a los autobuses y se marchaban.

Habían unas ligeras pelusas en el aire y no había tanto calor como lo ha hecho normalmente.

Respiré...

Estoy bien.

Hay algo sorprendente en la paz que te da la soledad y sin embargo aún sé que no estoy sola.

En ese momento sí, nadie me acompañaba. Solías estar conmigo todos los días en aquella parada, siempre, sin falta ahí estábamos abrazados.

Hoy no has estado. Y ya van muchos días en los que eso pasa, no obstante, hoy me he fijado en aquello, en tu ausencia.

Cris...de verdad me estoy acostumbrando a que no estés. A verte por los pasillos de la universidad y a que no pase nada.

Sí duele un poco, siempre me causa conflicto el pensar en que después de estar siempre juntos y conocernos todo ahora simplemente nos vemos de lejos, a penas sonriendo, a penas saludando.

Supongo que nos queda esa frase de que somos extraños con miles de recuerdos.

Pero está bien ¿Sabes? Te quiero, pero también he aceptado que de eso se trata la vida, de amar y soltar, de que hay personas con quién compartes mucho tiempo y después a penas se pueden saludar.

Comienzo a escuchar las canciones que me dedicaste...no duelen como antes. Son canciones y ya. Algunas todavía me provocan cierta emoción pero la mayoría solo las escucho y no hay más.

He aprendido sobre el dolor, me permito sentir, me permito llorar cuando ya no puedo más, me permito extrañarte cuando llega algún recuerdo a mi cabeza, me permito seguirte queriendo, me permito amarte una vez más. Pero también me permito olvidarte de vez en cuando, me permito sonreír y reír sin pensar en ti, me permito sanar, me permito ser feliz.

Te amo.

Pero el que te ame no significa que no esté avanzando.

Sí, muero de ganas de abrazarte y me permito hacerlo cuando nos vemos pero ya no es como antes, algo sé rompió ¿O se reparó? Realmente no lo sé, pero me permito sentir eso.

Cris...te quiero. Quiero que estés bien, que seas feliz, quiero que seas tú, quiero que disfrutes tu vida, quiero que vivas.

Ya no quiero pedirte nada, no quiero reclamarte nada (aunque la verdad a veces se me complica) ya no quiero ser tu carga porque no lo soy más. Soy la mía y yo me voy a encargar de poderme cuidar.

Hoy estuve sola en más de una ocasión...es raro, sentía que todos me veían pero al final...al final solo me dediqué a observar y no está mal volver a darme cuenta de los detalles de la vida.

Supongo que es algo que me vuelve a pasar.